“En ese momento, comencé a planear mudarme, pero ella me rogó que no lo hiciera, diciendo que un mal error no borra todas las cosas buenas de nuestra relación de cinco años. Me dijo que había terminado con nuestra vecina. La gota que colmó el vaso para mí fue cuando tuvo que pasar tres meses entrenando para el ejército. Después de dejar nuestra casa, fue a ver a la vecina antes de irme de la ciudad días después y le di gracias a Dios todos los días.
—jovencake7914