Es necesario perfeccionar las medidas preventivas ya existentes


El pasado mes de septiembre una mujer pidió la prohibición de acercarse a su exmarido, petición denegada. Poco tiempo después le pone las manos alrededor del cuello y le da un pronóstico de 25 días. Viene la prohibición de acercarse pero el exmarido puede ir a trabajar al garaje debajo de la casa cuando la mujer no está. Esto significa que debe avisar cuando está en casa o no. El caso está abierto, ella no quiere cumplir con la solicitud, no quiere que la gente sepa cuando está en casa, tiene miedo.

Prohibición de acercamiento, alejamiento urgente del domicilio familiar, brazalete electrónico: existen medidas para frenar la violencia y los feminicidios; el problema, como demuestra este caso, es trabajar en la aplicación. «El marco normativo puede mejorarse aún más, fortaleciendo las medidas preventivas, por ejemplo, ampliando el alcance de la advertencia de la questore», dice el ministro del Interior, Matteo Piantedosi, y agrega que el gran desafío es «proteger a las víctimas, que hay que ayudar en el difícil proceso de presentación de informes.

Medidas administrativas

Incluso antes de llegar al campo penal, las medidas administrativas como las advertencias y las medidas cautelares están disponibles hoy en día. La primera es una especie de «tarjeta amarilla» con la que la jefatura de policía advierte al maltratador del valor negativo de la conducta. La medida cautelar le insta a iniciar un tratamiento para controlar sus emociones. Según los últimos datos, 54 comisarías (el 47% del total) han firmado protocolos o iniciado pláticas para el envío y toma a cargo de apercibidos por parte de centros especializados.

Los resultados son positivos, dado que el porcentaje de reincidencias bajó del 11% en 2020 al 8% en 2021 al 6% en 2022 (datos de octubre pasado) por amonestaciones por violencia doméstica; 20 a 18 a 9% para reservas de acosadores. «Hemos notado – explica Nunzia Brancati, vice-questora de la comisaría de Nápoles – una respuesta importante. Leyendo los datos, pero también a la luz de la experiencia, hay una diferencia entre un acosador y un abusador, el primero tiende a estar más inclinado a la recuperación».

El proyecto de ley presentado por los ministros del Ejecutivo pasado para el 25 de noviembre y reenviado al inicio de la nueva legislatura por la exministra Elena Bonetti va en la dirección de fortalecer las medidas existentes. Por ejemplo, amplía la institución del aviso del questore y potencia el uso del brazalete electrónico, disponiendo que en caso de manipulación se activa la prisión.



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