Erdogan se dirige a la noche, pero la brecha se está reduciendo: es posible que se necesite una segunda vuelta

La importancia de esta urna, en la que Erdogan se enfrentó a un verdadero rival por primera vez en años, claramente también había llegado al pueblo turco. Las estimaciones preliminares sitúan la participación en casi el 90 por ciento. El Partido Popular Republicano (CHP), de centro izquierda, que lidera una coalición de partidos de oposición, ha informado de una participación récord. En las elecciones anteriores, en 2018, votó el 86,2 por ciento del electorado.

A pesar de lo mucho que había en juego, la votación transcurrió sin contratiempos, según Ahmet Yener, jefe de la autoridad electoral de Turquía, YSK. Aunque se había pronosticado de antemano una carrera cabeza a cabeza entre Erdogan y el candidato de la oposición Kilicdaroglu, el actual presidente parecía estar a la cabeza según los primeros resultados. A medida que avanza la noche, sin embargo, la brecha se estrecha: a las 10 de la noche, con casi el 90 por ciento de los votos escrutados, el actual presidente ya no es el 50 por ciento. Según esos resultados preliminares, Kilicdaroglu terminaría en un 44,3 por ciento. El candidato que obtenga más del 50 por ciento de los votos en un resultado completo podrá llamarse ganador. Si ninguno de los dos obtiene la mitad de los votos, habrá una segunda vuelta.

Las cifras que se le ocurrieron a Erdogan pronto fueron contrarrestadas. Líderes de la oposición, como los alcaldes de Ankara y Estambul, argumentaron que las cifras de los medios estatales turcos deberían ser ignoradas. Según ellos, las cifras que se dieron a conocer provienen principalmente de distritos electorales que ya se esperaba que apoyaran a Erdogan y su partido. Los resultados de sus ciudades, donde se prefiere Kilicdaroglu, se retendrían deliberadamente. Según la oposición, a Erdogan le gustaría dar la impresión de que la carrera ha terminado, con la esperanza de que los reguladores lo den por terminado. Eso, a su vez, abriría la puerta a la manipulación de los resultados. El mismo Kilicdaroglu parecía confiado y anunció en Twitter que estaba a la cabeza.

Así que reina la ambigüedad. También con los seguidores de ambos líderes. Los partidarios de Erdogan y Kilicdaroglu salieron a las calles el domingo por la noche para celebrar la victoria. La única certeza en ese momento era que la emocionante batalla que se predijo en realidad parece estar ocurriendo. Los analistas, incluso del canal Al Jazeera, asumieron que habría una segunda vuelta. Se organizaría en dos semanas.





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