Años después del brote de la epidemia de fiebre Q (2007-2010), muchos pacientes con fiebre Q aún luchan con dolencias físicas y otros problemas. Esto surge de un estudio realizado por Erasmus MC entre casi 450 pacientes que tienen síndrome de fatiga por fiebre Q (QVS). Al igual que con el Covid a largo plazo, se trata de un patrón de quejas después de una infección con una bacteria o virus animal (zoonosis).
La investigación muestra que los pacientes con QVS tienen varias molestias físicas más de diez años después de la infección. Las quejas más comunes son fatiga, problemas de concentración y agotamiento físico. Esto tiene importantes consecuencias para su calidad de vida, informan los investigadores. Por ejemplo, el 46 por ciento tuvo que dejar de trabajar por completo y el 33 por ciento comenzó a trabajar menos.
Debido a la fatiga, los pacientes también tienen poca energía para la familia, los amigos y los pasatiempos. Además, solo el 17 por ciento espera que las quejas de QVS disminuyan en el futuro.
poco entendimiento
Además, los pacientes en la sociedad experimentan poca comprensión de su situación. Solo el 44 por ciento se atreve a pedir ayuda y el 53 por ciento piensa que no está claro a quién pueden acudir en busca de ayuda.
Erasmus MC realizó la investigación en nombre de Q-support, una organización que se especializa en el cuidado posterior de pacientes con fiebre Q. Q-support trabaja en nombre del Ministerio de Salud, Bienestar y Deporte.
La fiebre Q es una enfermedad infecciosa que puede transmitirse de animales a humanos. En los Países Bajos, las cabras y ovejas infectadas son la fuente de la enfermedad en humanos. La mayoría de las personas contraen la fiebre Q al respirar aire que contiene la bacteria.