“Este fue mi año tropical, también en privado. El momento de detenerse y hacer un ‘Lorinneke’ o ‘Valerieke’”, admite el presidente de N-VA, Bart De Wever. “Pero cuando escucho sus difíciles preguntas, vuelvo a sentir la irritación: el fuego no se apaga”. Esto también es evidente en esta implacable entrevista: “¿Adelante? Eso es un retroceso en este gobierno. El único mensaje que recibe la gente en la caja del supermercado es: detente y vete a casa”. Y el presidente de Vooruit, Conner Rousseau, también recibe algunos golpes: “Paul Magnette es su casero”.
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