Entra Hojlund y vuelca al Empoli: Atalanta vuelve a ganar después de más de un mes

Toscani se adelanta con Ebuehi, empate de De Roon en la segunda parte. Luego Gasp mete al danés que a los pocos minutos marca el gol de tres puntos

De nuestro corresponsal Luca Taidelli

La gente de Bérgamo tiene la cabeza dura y es muy trabajadora. El Atalanta encarna ese ADN y llega hasta el fondo con las uñas de un humilde Empoli, afortunado de llevarse la delantera por carambola, culpable de no cerrarla cuando pudo pero a la larga destrozado por el ardor nerazzurro. De Roon y Hojlund volcaron el salto de Ebuehi y dieron a los suyos una victoria vital para seguir creyendo en Europa tras recoger la miga de un punto ante Lecce, Milan, Udinese y Napoli.

PRIMERA MITAD

Gasperini apuesta por la dupla colombiana Muriel-Zapata, como no ocurría desde el pasado 13 de agosto, en el primer partido de Liga en la Sampdoria. Como entonces, Pasalic se mueve por detrás, con Ruggeri preferido a Maehle por la izquierda y Palomino que ocupa el centro de la defensa en detrimento de Demiral. A la espera de la recuperación de Vicario (confirmación para Perisan), Zanetti en cambio se enfoca en De Winter para apoyar a Luperto en la línea de 4 y en el medio campo elige al ex Grassi y al Fazzini 2003, con Marín y Bandinelli listos para tomar el relevo. El otro 2003 Baldanzi se mueve entre líneas, por delante están Satriano y Caputo. El Atalanta muerde inmediatamente el partido, también para exorcizar la maldición del gol, que falta desde hace 273 minutos tras el saque inicial (y el último fue un rebote, de Hojlund ante el Lecce). Pasalic, sin embargo, se traga enseguida el babà preparado por Zappacosta y la presión asfixiante (siete córners sacados en el 14′) deja solo unos cuantos centros, un cabezazo desviado de Scalvini y un derechazo de De Roon que encuentra bien colocado a Perisan. Empoli se apretujó en dos líneas frente a su propia área y luchó para reiniciar, a pesar de que Baldanzi parecía tan brillante como prosecchino. En el primer tercio del partido solo está la Diosa en el campo, pero al final se pierde en los despistes técnicos -al menos tres ganchos fallados en el trocar-, la lentitud de Pasalic, la dificultad de los delanteros para encontrar la posición (ahora demasiado amplio, ahora pisándose los pies en el área) y oposición sobre todo de la pareja De Winter-Luperto en el centro. Una velada equivocada se convierte en tragicomedia en el minuto 44, cuando el Empoli pasa por Ebuehi en su primera estocada real. Empujón de Parisi y Baldanzi por la izquierda, balón en el centro del mediapunta, Ruggeri barre hacia Caputo que dispara sin querer al defensa nigeriano a un metro de la línea de gol.

SEGUNDA MITAD

Empezamos de nuevo con los mismos hombres pero con un guión invertido. El Empoli sale mejor de los tacos, con Caputo tres veces cerca del 2-0, pero cuando el Atalanta parece desconcertado, encuentra un empate con el hombre que mejor encarna su ADN, De Roon, bueno cabeceando el saque de Luperto por izquierda- remató un centro con la derecha de Ruggeri. La Diosa regresa en pleno apogeo y Zanetti corre a cubrirse insertando a Ismajli y Bandinelli en lugar de Grassi y Fazzini, con De Winter colocándose frente a la defensa. Gasp, en cambio, tal vez retrasa las sustituciones, porque Zapata se queda con pocas, pero el desatado Ruggeri casi se adelanta con un cabezazo de amén. Haas y Henderson por Akpa Akpro y Baldanzi completan el restyling del centrocampista del Empoli, con un cambio al 5-3-2 para afrontar la lluvia de centros del rival. Recién en el minuto 76 Gasp insertó a Lookman por Scalvini, cambiando a un 4-2-3-1 para buscar tres puntos vitales también con Boga y Hojlund para los dos colombianos. Justo el danés de los créditos se abre paso tras un tiro medio reboteado de Pasalic. El rubio quema a De Winter, impecable hasta ese momento, y hace explotar a la Gewiss. Este Atalanta tendrá sus defectos, pero con un corazón así todavía se puede soñar



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