Dentro del automóvil, la policía encontró bolsas de plástico llenas de restos humanos, probablemente los cuerpos de los hombres decapitados. Un letrero colgado de dos árboles cerca del automóvil decía: “En Chilapa, la venta de cristal (metanfetamina), el secuestro, la extorsión y el robo están estrictamente prohibidos. Esto le pasará a cualquiera que se meta. La pena de muerte sigue a todos estos crímenes”.
Chilapa se encuentra en Guerrero, uno de los estados más pobres de México. En 2014, ese estado fue escenario del infame secuestro y presunta masacre de 43 estudiantes que se formaban para ser maestros en la ciudad de Iguala.
El texto continúa debajo del tweet.
Aumento de cuerpos mutilados
Los descubrimientos de cuerpos mutilados dejados en la vía pública o colgados en puentes han aumentado en México en los últimos años. Las bandas criminales intentan intimidar a sus rivales. En junio de 2021, dos cabezas y otros restos humanos fueron dejados en los colegios electorales de la ciudad fronteriza de Tijuana el día de las elecciones.
Más de 340.000 personas han muerto en todo México desde 2006, cuando el gobierno desplegó al ejército para luchar contra los cárteles de la droga. En 2018 asumió el presidente Andrés Manuel López Obrador. Se comprometió a pacificar el país con un enfoque menos conflictivo del crimen organizado, que describe como “abrazos, no balas”. Sin embargo, ese nuevo enfoque no ha llevado a menos derramamiento de sangre: 2022 está en camino de cerrar el año con la tasa de homicidios más alta de la posguerra.