En su nuevo libro Todo está conectado (Mondadori), la física Gabriella Greison parte de la historia de la insólita amistad entre el premio Nobel Wolfgang Pauli y Carl Gustav Jung para contar, de manera sencilla y emocionante, cómo la física cuántica, la sincronicidad y el amor están todos bajo el mismo paraguas


C¿Qué tienen en común uno de los padres de la física cuántica, Wolfgang Pauli (1900-1958) y el fundador de la psicología analítica, Carl Gustav Jung (1875-1961)? ¿Y el reino de lo racional, lo medible, con el de lo irracional, de las emociones? El asunto no es tan simple pero los dos mundos no están tan separados como podría parecer. Para averiguarlo, Gabriella Greison, física y conocida divulgadora (tiene a sus espaldas 10 libros, 5 podcasts y 3 programas de televisión), les siguió la pista. Partió de Princeton, en Estados Unidos, donde Pauli enseñó durante la Segunda Guerra Mundial, para llegar -vía CERN en Ginebra- a Zúrich, donde el físico asistió como paciente al consultorio del psicoanalista.

Gabriela Greison. Su último libro es Todo está conectado (Mondadori).

Un largo viaje por etapas, explica Greison«Para continuar el camino que Pauli dejó inconcluso con su última lección en la ETH de la ciudad suiza».

tienes que recordar eso Pauli, premio Nobel en 1945, quien según Einstein fue su único sucesor digno, era un hombre amante de los excesos: ávido bebedor de whisky, frecuentador de burdeles, nunca regresaba a casa antes del amanecer, a menudo se involucraba en peleas callejeras. No es precisamente un científico todo laboratorio y horas fijas, en fin. Había iniciado las sesiones de análisis con Jung porque quería que le explicara qué es el amor: un sentimiento que Pauli, acostumbrado a pagar por sus relaciones, no conocía. Es de suponer que tenía mucho que aprender. Pero Jung también estaba fascinado por su paciente tan «especial», porque buscaba una base científica para sus teorías. Resultado: se reunían todos los lunes a las 12, Pauli le explicaba física cuántica a Jung y no pagaba. Era un intercambio mutuo entre mentes sublimes.

La portada del último libro de Gabriella Greison, Everything is Connected (Mondadori).

“Tratando de equilibrar todo, buscando una unificación entre los dos mundos: traté de seguir en el camino de Pauli”, dice el autor. Desde un punto de vista científico, Pauli es famoso por haber descubierto matemáticamente el principio de exclusión, que le valió el Premio Nobel: «Si la materia está hecha de aire, ¿por qué no puedo aplastar un objeto por completo? Por el principio de exclusión», explica Greison, «según el cual los electrones no pueden ir por debajo de su órbita. Pero Pauli también es responsable del descubrimiento matemático del espín de los electrones y de los neutrinos. Hoy y su estudio es una de las últimas fronteras de la investigación científica».

Jung debe el concepto de sincronicidad, para explicar las coincidencias. «Desarrollando este nuevo concepto, analizando las sincronicidades, entendimos que no siempre hay una causa que hace que las cosas sucedan, no siempre hay una acción desencadenante, pero también existe la probabilidad de que sucedan ciertas cosas que ni siquiera imaginamos”, dice el autor. Jung pone el ejemplo de una de sus pacientes que le contó que había soñado que alguien le había regalado un preciado escarabajo dorado. Mientras hablaba, algo había golpeado contra la ventana: en efecto, era un escarabajo.

«En física cuántica se llama enredocorrelación», explica Greison, que tituló su propia Enredo el espectáculo con el que debutará en el teatro Menotti de Milán el próximo 22 de abril. «Si dos sistemas entran en contacto, se intercambia información, y eso también se aplica al amor. ¿Qué está más conectado? Se aplica tanto a la vida material como a la intelectual.

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