En ningún otro lugar se grava tanto el trabajo como en Bélgica: nuestro país demuestra una vez más ser el campeón mundial en carga fiscal

En Bélgica, de cada 100 euros que destina un empleador al salario del empleado, 53 euros van al gobierno: 20,7 euros a impuestos, 11 euros a cotizaciones a la seguridad social para el empleado y 21,3 euros a cotizaciones a la seguridad social para el empleador. Al menos ese es el caso de una persona soltera sin hijos con un salario medio, según el nuevo informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) sobre la carga fiscal sobre los salarios. Por lo tanto, a una sola persona solo le quedan 47 euros de esos 100 euros. La situación es aún peor para los solteros con un salario más alto: solo les quedan 41 euros de los mismos 100 euros.

Con una carga fiscal del 53 % para las personas solteras, nuestro país por sí solo ocupa el primer lugar entre los 38 países de la OCDE, con una ventaja de 5,2 puntos porcentuales sobre Alemania: en los Países Bajos es del 35,5 % y en Francia del 47 %. El porcentaje de personas solteras aumentó 0,65 puntos porcentuales en 2022 en comparación con el año anterior, lo que nos lleva al nivel más alto en cinco años. En 2000, la carga fiscal era aún mayor: 57,1 por ciento.

Para una familia con dos hijos donde trabaja un socio, esto es incluso un aumento en un año de 1,34 puntos porcentuales a 37,8 por ciento. Por cierto, son principalmente los niños dependientes los que representan un porcentaje mucho más bajo que el de las personas solteras. Según la OCDE, la principal explicación del fuerte aumento en un año es el hecho de que las escalas impositivas se indexaron solo con retraso, lo que significó que las personas automáticamente tuvieron que pagar tasas más altas debido a la alta inflación. Pero ese efecto debería eliminarse el próximo año.

Reforma fiscal

“Es importante señalar que esto solo afecta a los pagos en efectivo”, dice Mark Delanote, profesor de derecho fiscal en la Universidad de Ghent. “Por lo tanto, no incluye formas de remuneración fiscal o parafiscalmente ventajosas, tales como vehículos de empresa, opciones, warrants, vales comida y vales ecológicos. Sin embargo, tanto la OCDE como el FMI ya han indicado que Bélgica también es líder en ese tipo de beneficios especiales”.

Las mayores víctimas de una carga fiscal tan alta son los asalariados medios que no tienen derecho a tales beneficios. La reforma fiscal, por la que ahora aboga el ministro de Hacienda, Vincent Van Peteghem (CD&V), eliminaría muchos de esos regímenes y reduciría la carga fiscal. “Con un esfuerzo presupuestario de 10.000 millones de euros, podríamos reducir la cuña fiscal en alrededor de un 5 por ciento”, dice Delanote, cuyo documento de visión sirve de base para esa reforma fiscal. Pero por ahora hay mucha oposición política y la pregunta es si algo se moverá antes de las próximas elecciones.



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