Sigo los acontecimientos en el norte de Israel como si estuvieran sucediendo al otro lado de la calle; es agotador. En Oriente Medio prevalece la simple ley que ha decidido todas las guerras: gana el más fuerte. La mayoría de los comentaristas de nuestro país no tienen idea de esa ley, o la rechazan, y se atreven a explicar el comportamiento de Israel en la televisión y la radio como si el Estado judío tuviera frontera con Dinamarca o Bélgica. La conversación que Wierd Duk tuvo con Mordechai Kedar en De Telegraaf es un alivio después de toda esa charla.
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