No hay chica más dulce en toda la tierra
que mi enero
EneMarvin Gaye (1974)
Es difícil imaginar que un cantante tan celestial como Marvin Gaye albergara una figura tan intensamente oscura, especialmente escuchando su súper dulce oda a Jan, su segunda esposa.
El cantante de soul estadounidense estira sus cuerdas vocales al límite para dejarle escuchar todo su amor inagotable, sobre un lecho de cuerdas. En un sentido lírico, apila toda la serie Bouquet una encima de otra: la besa mientras duerme, no puede vivir sin ella, es su mayor admirador. Hoo-woo-woo-ooh-hoo…
Janis ‘Jan’ Hunter tenía 17 años cuando conoció a Gaye, entonces casada con Anna Gordy, en 1973. Contra el biógrafo David Ritz, autor de alma dividida, dijo que la veía como algo más que una simple niña. “Ella apareció ante mí como un regalo de Dios”. Janis, por su parte, había estado enamorada de Gaye desde los 8 años, de hecho desde el momento en que lo vio en televisión. Que dulce es vi y oí cantar.
Marvin y Janis tuvieron dos hijos, se casaron y se divorciaron en 1981. Se había enfrentado a la doble personalidad de Gaye como ningún otro. Ella llamó a los primeros días un sueño. Para Gaye, ‘Jan’ fue su musa, como en el magistral disco Te deseo (1976). Al mismo tiempo, vio a un fanático del sexo adicto a la cocaína con las manos sueltas, un hombre que luchaba contra la depresión, atribuida a su problemática juventud.
Gaye había sido la estrella del sello Motown desde principios de los años 1960, con grandes éxitos como Lo escuché por ahí. Fue el creador de uno de los mejores discos de todos los tiempos, Qué está sucediendo (1971). Sin embargo, Gaye no podía soportar la fama y el dinero y su lado diabólico se apoderó de él.
“Para entender a Marvin Gaye hay que entender la inconsistencia humana”, escribió Ritz. “Era varios hombres a la vez”. Huyendo de las autoridades fiscales estadounidenses, acabó en Hawaii, Londres y Bélgica. Janis lo dejó por su amigo, el cantante Teddy Pendergrass.
Después de una actuación en Carré en Ámsterdam (1980), inició una relación con la estudiante de Brabante Eugénie Vis, de 24 años. Cuán satánicamente se relacionaba Gaye con ella fue evidente a partir de los informes que el reportero Marcel Goedhart hizo sobre ella para el programa de televisión. Estrella nueva y de Volkskrant. Resultó que Gaye la había animado a consumir cocaína en exceso y ella tenía que desempeñar un papel en sus extrañas fantasías sexuales. No está claro si el suicidio de Vis en 2005 tiene que ver con la complicada relación con la leyenda del soul.
La muerte de Gaye el 1 de abril de 1994 pareció un tiroteo: padre e hijo enfrentados con los puños cerrados, un pastor fundamentalista y un cantante drogadicto. En la casa que Marvin Gaye había comprado para sus padres, su padre sacó el arma que le había dado su hijo y le disparó. El Príncipe del Alma Murió un día después, en su 45 cumpleaños, en el hospital.
Juan Pablo