Una ley que establece el estatus de una ciudad costera. Esta es la solicitud presentada por 26 municipios de los principales balnearios de Italia entre Cerdeña, Emilia-Romaña, Sicilia, Toscana, Campania, Puglia y Friuli-Venezia Giulia reunidos en la iniciativa de playas del G20. La respuesta vino de la ministra de Turismo, Daniela Santanchè, quien se comprometió a “convocar una mesa en el ministerio dentro de 15 días”.
Santanchè: una mesa en el ministerio
Santanchè participó en la iniciativa organizada en Roma por la red nacional de destinos costeros con al menos un millón de turistas, comprometida con definir mejor el futuro de las costas italianas. Las veintisiete playas más visitadas logran catalizar más de 70 millones de presencias de Norte a Sur.«Vengan con propuestas escritas, hoy hay parlamentarios de todos lados y esto tendrá que ser una iniciativa parlamentaria. Esta vez los tiempos están ahí, lo haremos”, añadió el ministro.
Una ley para los pueblos costeros
“Los alcaldes de balnearios, juntos, podemos representar al gobierno nuestras necesidades específicas y los servicios que necesitamos”, dijo la alcaldesa de Riccione Daniela Angelini. Para ello, “nos hemos comprometido a poner en marcha una mesa de trabajo”. La petición de los alcaldes es que se tenga en cuenta el aumento de población de sus ciudades en los meses de verano, por ello piden una ley que establezca la condición de ciudad costera. «Las nuestras no son ciudades como las demás -explicó Angelini-. Durante los períodos de máxima riqueza, vemos que la población se multiplica por diez en comparación con el número de residentes. Necesitamos una legislación a medida que tenga en cuenta todo esto, desde la seguridad hasta la recogida de residuos”.
La iniciativa Playas del G20 partió del Véneto y está coordinada por Roberta Nesto, alcaldesa de Cavallino-Treporti (Ve). “No pedimos privilegios, sino el reconocimiento de las peculiaridades de nuestras ciudades, que son centros muy pequeños en invierno, pero metrópolis en verano -dijo Nesto-. Existe la necesidad de prestar servicios a los ciudadanos residentes, pero también a los huéspedes. El estatus de las ciudades costeras es ahora una necesidad urgente”. De cara a la mesa que se llevará a cabo dentro de un par de semanas, “intentaremos poner una idea aproximada en el papel, para que el ministro Santanché tenga un punto de partida sobre el cual discutiremos, estamos listos para trabajar”.
«Efecto acordeón»
Un problema al que se enfrentan las localidades costeras es el desfase entre el número de residentes y el de pernoctaciones turísticas en un período muy limitado del año. Durante la temporada de verano, algunos balnearios se transforman en ciudades medianas con 150.000 habitantes. Esta desigualdad, subrayan los alcaldes, genera dificultades a las administraciones municipales que disponen de servicios en función del número de habitantes y no del número de turistas. Además, las “ciudades de baño” tienen dificultades para acceder a licitaciones públicas y/o financiación, ya que se calibran exclusivamente en el número de residentes.