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En 2022, 1.172 personas murieron o resultaron heridas por bombas de racimo. Así se afirma en un nuevo Cluster Monitor de la ONG Handicap International. Se trata de la cifra más alta desde que comenzó el seguimiento en 2010, en parte debido a la guerra en Ucrania.

Alrededor del 95 por ciento de las víctimas de las municiones en racimo el año pasado fueron civiles. Con diferencia, la mayoría de las víctimas se debieron a ataques selectivos con bombas de racimo, pero 185 personas también fueron víctimas de un accidente con restos de municiones de racimo.

El elevado número de víctimas se debe en parte al uso de bombas de racimo en Ucrania por parte de tropas rusas y ucranianas, afirma Handicap International. El año pasado se registraron 916 víctimas en ese país, pero puede haber muchos más heridos y muertos no registrados. Además, también hubo ataques con bombas de racimo en Myanmar y Siria. En otros cinco países las víctimas fueron restos de municiones en racimo. Se trata de Yemen, Irak, Laos, Líbano y Azerbaiyán. Los civiles en Siria y Ucrania también fueron alcanzados por restos de bombas de racimo.

AFP

Handicap International condena el uso de bombas de racimo en Ucrania y pide a todas las partes en el conflicto que cesen de inmediato. La ONG condena, entre otras cosas, el suministro de municiones de racimo por parte de Estados Unidos a Ucrania. «La decisión de Estados Unidos socava los esfuerzos anteriores para prohibir esta arma bárbara y sienta un precedente de ‘fuerza mayor’: ninguna situación o contexto justifica el uso de bombas de racimo», afirma Alma Taslidžan, experta en desarme y protección civil de Handicap International. .

Las municiones en racimo están prohibidas en virtud de la Convención de Oslo, que data de 2008 y desde entonces ha sido firmada por 123 países. Una bomba de racimo funciona como una especie de contenedor para una carga de miniexplosivos y está diseñada para ser esparcida en grandes áreas, a menudo aterrizando en regiones pobladas. Además, hasta el 40 por ciento no explotan al impactar, por lo que aún pueden matar y mutilar a personas durante años después del conflicto. Entre el 11 y el 14 de septiembre se llevará a cabo en Ginebra, Suiza, una cumbre de los países que firmaron la Convención de Oslo.



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