El 11 de abril, A. invitó a una reunión a Elias, de 38 años, con quien había trabajado anteriormente en un restaurante de Ámsterdam. Las imágenes de CCTV muestran a los dos entrando a la casa después de una caminata. Poco después se escucha una discusión con un hombre gritando y suplicando ‘ai, ai’.
Un residente local dijo que escuchó la discusión y pensó que sonaba como si los hombres se estuvieran atacando entre sí. Emad A. afirma que fue él el hombre que gritó ‘ay, ay’ en árabe, pero la madre de Elías lo contradice.
Hacha, sierra y bolsas de basura.
A. asesinó a Elias golpeándolo en el cuello con un objeto afilado y pesado, concluyó el Instituto Forense Holandés (NFI) tras una investigación. También existe la posibilidad de que se haya asfixiado debido a la violencia.
A. hizo diversas declaraciones en el caso. Según él, la muerte de Elías fue un accidente, pero el tribunal no estuvo de acuerdo. Justo antes del asesinato compró, entre otras cosas, un hacha, una sierra y bolsas de basura. Hizo esto para hacer una ducha en su casa. Para ello recibió permiso, dijo. Los terrenos del monasterio donde vivió lo niegan.
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