La discapacidad de Elis comenzó cuando tenía tres años. “Fue realmente mala suerte”, dice su padre Murat Akgüre. “Ella contrajo un virus del resfriado y le causó inflamación de la médula espinal”. El mensaje de que nunca más podría volver a caminar fue difícil, pero la familia decidió no rendirse.
Elis no quiere oír que es diferente a los demás. Ella sólo quiere unirse al resto de sus compañeros. “Soy una emprendedora”, dice con orgullo. La niña explica cómo nada: “Así como nadas, pero sólo con mis brazos”.
búsqueda larga
Aún así, sus padres tuvieron que hacer todo lo posible para encontrar un profesor de natación adecuado. “Tuvimos que buscar clases individuales, porque en grupo hay demasiado riesgo”, dice su madre Aydan Yavuz. “Nadie se atrevió a hacerlo. Fue una búsqueda muy larga, pero al final Jolanda quiso enseñarle a nadar y estamos muy contentos con eso”.
Elis nadó esta semana con la profesora de natación Jolanda Pol en la piscina Amstelhof Sport en De Kwakel. Ha visto crecer enormemente a su alumna: “Ella vino aquí y toda la lección fue: ‘Maestro, abrázame. Abrázame’. Cuando ves lo que ha demostrado en natación de nivel B, me siento muy orgulloso”.