Por la noche, jugó una partida de ajedrez contra otros dos turistas, que ganó cada vez. Ella escribió en su diario que sus brazos se sentían rígidos. “Tal vez por la adrenalina del ajedrez”, escribió. Una hora después, Eline Verhees (33) estaba muerta. La joven de Gante escaló las montañas de Bolivia con su amor, contrajo el mal de altura y murió a causa de las consecuencias. Marijke, su compañera abandonada, le rinde homenaje. Y quiere advertir a otros viajeros sobre los peligros del mal de altura.
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