El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) acaba de revivir una guerra que creíamos del pasado: la de los taxis de Barcelona y las VTC. El 8 de junio, la institución…
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) acaba de revivir una guerra que creíamos del pasado: la de los taxis de Barcelona y las VTC. El 8 de junio, la institución judicial consideró que se deben redefinir las restricciones que se aplican a los conductores de plataformas como Uber, Cabify y Bolt en la capital catalana.
Regulaciones consideradas demasiado estrictas
Desde 2018 se libra la batalla entre los coches negros y amarillos de Barcelona y las empresas de transporte de viajeros. Para limitar la expansión de estos últimos dentro de la conurbación española, se había impuesto un límite en el número de licencias: un vehículo VTC para treinta taxis.
Debido a esta legislación más estricta y a las numerosas huelgas de colectivos de taxis, Uber y Cabify decidieron abandonar la ciudad en 2019. La Generalitat soltó entonces el lastre imponiendo una espera de quince minutos a los pasajeros que querían reservar una VTC. Los conductores no podían estacionar en la calle y les impedía usar la geolocalización. Si bien estas nuevas reglas han permitido que los grandes jugadores regresen a Barcelona, sin embargo, se han visto obligados a reducir drásticamente su número de licencias.
Pese a todo, las bicis híbridas no han dicho su última palabra. Prestige and Limousine SL, filial de Cabify que opera en la ciudad española, ha solicitado la anulación de la normativa en un tribunal nacional. Lo mismo ocurre con otras quince empresas, incluidas las plataformas digitales internacionales. Muchos de ellos han presentado recursos similares. Ellos creen que ” el único propósito de la normativa local era entorpecer su actividad, y esto con el único fin de proteger los intereses de la industria del taxi “, dijo el TJUE en un comunicado de prensa.
Los jueces europeos consideran que esta ley no se ajusta a la legislación europea. Para el TJUE, “ el objetivo de garantizar la viabilidad económica de los servicios de taxi es una razón de carácter puramente económico que no puede constituir una razón imperiosa de interés general “. Explica que la aplicación de este tipo de restricciones tampoco contribuye a la consecución de los objetivos del Barcelona relacionados con “una buena gestión del transporte, el tráfico y el espacio público, así como [qu’à la] protección del medioambiente“.
Sin embargo, no todo está ganado para las bicicletas híbridas. Las regulaciones se consideraron necesarias para hacer frente a los problemas planteados por la ciudad. Sin embargo, debe ser reconsiderado. Los jueces consideran que se pueden poner en marcha otras medidas menos estrictas para lograr los objetivos fijados. Por ejemplo, es posible limitar los servicios de VTC a determinadas franjas horarias para reducir el tráfico, o imponer límites de emisión aplicables a los vehículos por motivos ecológicos.
Aunque todavía no se ha hecho nada, los taxistas no se tranquilizan con las palabras del TJUE. Se reunirán, el miércoles 14 de junio, en el corazón de la ciudad para manifestarse. Por su parte, los VTC celebran esta pequeña victoria y continúan construyendo su caso con sus abogados, asegurando que esta competencia sea legal. Habrá que esperar un poco más para que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) defina una nueva normativa y las VTC vuelvan realmente a las calles de Barcelona.