El próximo viernes, la central nuclear Doel 3 dejará de operar según lo previsto. Poco después, el operador Engie ya inició los primeros trabajos preparatorios para el desmantelamiento de la central nuclear, que se llevará a cabo dentro de unos años. Pero esos trabajos preparatorios también significan que es posible que ya no se pueda utilizar la central eléctrica. Para disgusto de varios partidos en el gobierno federal: parece que una crisis energética no es el momento para dejar de operar una planta de energía nuclear.
Por lo tanto, la ministra del Interior, Annelies Verlinden (CD&V), preguntó al organismo de control nuclear FANC si las obras previstas podrían posponerse sin poner en peligro la seguridad.
“La FANC respondió que no se descarta una planificación alternativa para la preparación del desmantelamiento, a propuesta del operador Electrabel, siempre que exista suficiente certeza sobre la seguridad nuclear”, dice Annelies Verlinden. “El análisis de la FANC se discutirá más en el Gobierno Federal”.
Por lo tanto, la pelota vuelve a estar en el tejado de Engie. La FANC solo puede juzgar la seguridad de los planes de la compañía energética francesa, pero no puede imponer nuevos planes por sí misma. “Si Engie no presenta un nuevo archivo, tampoco podemos emitir un juicio sobre eso”, dijo la FANC.