El tirador de Las Vegas fue rechazado académico y envió una carta de pólvora a otra universidad


El hombre que disparó y mató a tres profesores en una universidad de Las Vegas el miércoles e hirió a una cuarta persona envió 22 cartas a otras universidades justo antes de su acto. Las cartas podían ser interceptadas antes de ser entregadas. Se encontró polvo blanco en al menos un sobre.

Según la policía, Anthony James Polito, de 67 años, que en el pasado enseñó en varias universidades, presentó su solicitud para ingresar en varias instituciones educativas, pero fue rechazado en todas las ocasiones. Aún no se sabe si ese fue el motivo del tiroteo. Según la policía, tenía problemas económicos.

Polito había hecho una lista de nombres de varios empleados de la universidad, pero las tres personas a las que mató a tiros el miércoles no estaban en ella. Polito fue asesinado durante el tiroteo perpetrado por la policía en el campus.

Los estudiantes universitarios se consuelan unos a otros. ©AFP

El personal fue atacado

Según el sheriff Kevin McMahill del Departamento de Policía de Las Vegas, no parece que el perpetrador tuviera la intención de golpear a los estudiantes presentes. Todas las víctimas trabajaban en la universidad. Según CNN, se trata de un profesor de 64 años, un profesor universitario de 39 años y una tercera persona cuya identidad aún no ha sido revelada. Las autoridades inicialmente informaron que la persona herida estaba en condición estable, pero McMahill dijo que desde entonces la condición se ha deteriorado.

La policía está investigando el contenido de las cartas enviadas y contactando a los destinatarios previstos para garantizar que todos estén a salvo. El sheriff McMahill enfatizó que cualquier persona en la educación superior que pueda recibir una carta de este tipo debe tener precaución y comunicarse con las autoridades.

El campus de la UNLV en Las Vegas permanecerá cerrado hasta el viernes. El presidente de la UNLV, Keith Whitfield, instó a los miembros de la comunidad universitaria a buscar ayuda si la necesitaban. “Mi corazón se rompe por los muchos estudiantes, profesores, personal, padres, seres queridos y miembros de la comunidad que pasaron horas en el limbo mientras los oficiales se aseguraban de que nuestro campus volviera a ser seguro”, escribió.



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