El Museo del Armonio dejará de existir definitivamente. La actual administración ha tirado la toalla. La colección, que consta de más de 200 instrumentos, se ofrecerá a otros museos.
La existencia del museo ha estado en duda desde finales de 2021. El alojamiento actual se encuentra actualmente en Veenpark en Barger-Compascuum. Pero ese parque está navegando un nuevo rumbo y el museo ya no encaja en el nuevo camino.
Desde entonces, la junta ha estado buscando diligentemente una nueva ubicación. El plan también se amplió: además de un museo, el nuevo alojamiento también albergaría una sala de conciertos y una escuela de música.
Se esperaba una aportación económica del municipio para la mudanza, pero Emmen sólo concedió la mitad de la cantidad solicitada (17.000 en lugar de 34.000 euros). Un contratiempo adicional es la decisión de cerrar aún más el grifo de las subvenciones a partir de 2025 (11.500 euros al año).
Entonces se considera que la fundación puede valerse por sí misma financieramente.
Según el miembro de la junta Koos Salomons, esa doble decepción ha significado el golpe final. “La noticia de que se acaba el subsidio cerró la puerta”, dijo un Salomons muy desilusionado. “Sin ese dinero, no podemos mantener el museo en el aire. O tenemos que fijar la tarifa de entrada en 30 euros. Lo cual, por supuesto, no es posible”.
También se aconsejó al museo que pida recursos a otros fondos ya la provincia. Pero estos son procesos complicados, dice Salomons. “Solo puede ser realizado por expertos y cuestan dinero. Mi plan solo costaría 30 centavos por habitante del municipio de Emmen”.
Por lo tanto, la junta no vio salida y decidió detenerse. “Duele mucho.”
Los 200 instrumentos musicales todavía están almacenados en el Veenpark. La colección se ofrece a otros museos. “Las obras maestras probablemente encontrarán un lugar en otro lugar”. La pregunta es qué pasará con el resto. “Quizás sean destruidos”.
Varios miembros de la junta han decidido continuar con el plan de una escuela de música conjunta. Una iniciativa que Salomons anima con entusiasmo desde la distancia. Ya no es miembro de la junta. “La idea es albergar a profesores particulares, pero también a orquestas y coros en un lugar común”.
Un plan que no requiere subvención, porque la intención es cubrir los gastos con el alquiler del espacio. Según Salomons, se están llevando a cabo conversaciones sobre una ubicación, pero aún es demasiado pronto para anunciarlo.