El telescopio James Webb encontró dióxido de carbono en una región específica de la superficie helada de la luna helada. Ese CO2 proviene del océano que se encuentra debajo de la superficie de hielo de un kilómetro de espesor. Entonces el carbono no proviene del impacto de un meteorito.
“Creemos que tenemos evidencia de que el carbono en la superficie de Europa proviene del océano. Eso no es sólo algo. El carbono es una parte esencial de la vida”, dijo Samantha Trumbo, investigadora de la Universidad de Cornell.
Aunque el hallazgo no apunta directamente a una señal de vida debajo de la gruesa superficie de hielo de la luna, sí muestra que es un buen lugar para comenzar la búsqueda.
La investigación sobre la luna de hielo aumentará en los próximos años. Por ejemplo, el año que viene la NASA lanzará la sonda espacial Europa Clipper, que volará sobre la superficie del hielo.
A principios de este año, la Agencia Espacial Europea envió la sonda Juice a las lunas de Júpiter. Se espera que Juice pase sobre la superficie dos veces en 2032.