El sueño de una supercolaboración de la derecha radical en el Parlamento Europeo parece haber fracasado


Su victoria fue sólida y llamó mucho la atención. Pero casi un mes después de las elecciones europeas, todavía no está claro cómo se organizarán los partidos de derecha radical en el Parlamento Europeo. Y, por tanto, también quiénes se convierten en aliados de cada uno y si realmente consiguen ganar influencia.

El jueves venció una fecha límite para registrar nuevas facciones si quieren reclamar posiciones influyentes en el nuevo Parlamento Europeo. Pero por el momento sólo el grupo de los «Conservadores y Reformadores Europeos» (ECR) ha conseguido organizarse y participar así en el carrusel de empleo. Es la facción que incluye a los Hermanos de Italia de la primera ministra Giorgia Meloni, así como al ex partido gobernante polaco PiS y al ultraconservador español Vox.

El miércoles se anunció que el grupo seguirá trabajando en conjunto y con 84 escaños es la tercera facción más grande en el Parlamento Europeo. Esto también dejó claro que la facción se mantiene alejada de otros posibles socios radicales de derecha, como la Rassemblement National (RN) francesa y el partido Fidesz del primer ministro húngaro, Viktor Orbán. La supercolaboración soñada con la derecha radical, sobre la que los partidos especularon intensamente antes de las elecciones, parece haber fracasado de antemano.

‘Patriotas por Europa’

Desde el miércoles también ha quedado claro que la otra facción de derecha radical existente, Identidad y Democracia (ID), ya no tiene suficientes partidos para sobrevivir. Después de que Alternative für Deutschland fuera expulsada del grupo, el eurodiputado estonio Jaak Madison pasó el miércoles al grupo ECR. Esto ahora también hace que sea incierto con qué facción terminará el PVV, que en el pasado formaba parte de ID.

Este puede ser el caso del nuevo grupo que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, anunció a bombo y platillo el domingo. Sus Patriotas por Europa, a los que también se unen el partido ANO del ex Primer Ministro checo Andrej Babi, el FPÖ austríaco y el Chega portugués, deben «cambiar Europa» y convertirse en «la mayor facción de derecha en unos pocos días».

La supercolaboración soñada con la derecha radical, sobre la que los partidos especulaban mucho antes de las elecciones, parece haber fracasado

Cuatro días después, esto todavía no se ha logrado: al grupo todavía le faltan partidos de tres Estados miembros para formar oficialmente una facción. También es doloroso para Orbán que dos de los socios de sus sueños –el PiS polaco y el partido SMER del primer ministro eslovaco Robert Fico– hayan dejado claro en los últimos días que ciertamente no se unirán.

Esto no significa que el grupo esté condenado de antemano al fracaso. En Bruselas se especula mucho sobre posibles nuevos aliados: por ejemplo, el RN francés, el Vlaams Belang o el PVV holandés. Todos los antiguos partidos ID, lo que refuerza la impresión de que el nuevo grupo de Orbán es principalmente una reelaboración del grupo de derecha radical existente, aunque complementado por los partidos de Orbán y Babis.

Las líneas de falla

Sin embargo, Orbán claramente puede vender la nueva facción como su propio grupo político, siempre que tenga éxito. Y la líder de RN, Marine Le Pen, también tiene interés en el «cambio de marca»: su partido podría ganar las elecciones parlamentarias francesas el domingo, avanzando aún más en su camino hacia el poder. Trabajar con el primer ministro Orbán y Babis, que podría regresar al poder en la República Checa el próximo año, podría ayudarla en esto.

Al mismo tiempo, Le Pen todavía guarda sus cartas en secreto: su partido, según se informa, no tomará una decisión hasta el próximo lunes, después de las elecciones francesas. Además, las diferencias existentes no se han eliminado: por ejemplo, la actitud hacia Rusia. Si bien Orbán es conocido como el aliado más importante de Putin en la UE, Le Pen está tratando de deshacerse de la imagen de apologista del Kremlin. Anteriormente, Le Pen se distanció claramente de AfD, el partido alemán al que expulsó de la facción ID tras numerosos escándalos. Una nueva cooperación con el partido de derecha radical alemán parece descartada, lo que hace muy probable que AfD quede fuera de todas las facciones. Esto también demuestra que en el PE sigue siendo difícil cerrar el puño con la derecha radical debido a las divisiones.

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