La víctima fue apuñalada en o cerca de un bar. Luego, el hombre de 32 años huyó a un café. “Y ahí se desplomó”, dice un testigo. “Creo que gritó: ‘Me han apuñalado'”.
Según el propietario del café, que se encontraba en su casa de Almere, sus empleados y algunos clientes habituales intentaron ayudarle cerrando la herida de arma blanca. “Entendimos que el señor estaba bastante confundido”, dice sobre el sospechoso. “Y que caminaba con un cuchillo. Y eso es lo que usaba”.
“Como ya vives aquí, no te lo esperas”, dice un residente que vive allí desde hace décadas. “Creo que es realmente malo”.