El juez le confronta con varias declaraciones de testigos que vieron a G. sacar el cuchillo de su propia chaqueta o bolso. Y que no se trataba de un cuchillo pequeño, como afirma, sino mucho más grande. Cuando oye la palabra “cuchillo de pan”, sacude la cabeza con indignación. “No lo vieron correctamente”. Según G., los testigos conocen a la víctima y mantienen las manos sobre su cabeza.
La víctima es un sirio que huyó de la violencia en la ciudad siria de Alepo en 2023. Aunque no ejerce su derecho a hablar, su abogado dice que todavía le molesta la violencia. “Está bien, pero todavía tiene pesadillas”.
Multa por orinar en público
Aparte de una multa por orinar en público, G. nunca antes había estado en contacto con la policía ni con la justicia, subraya el juez. Le dice al tribunal que está dispuesto a cooperar con las medidas recomendadas por el servicio de libertad condicional, incluido el tratamiento, la obligación de informar y el control del consumo de sustancias. “He estado limpio durante cinco meses”.
El fiscal cree que las declaraciones de los testigos, las imágenes de la cámara y las conversaciones de la aplicación de su teléfono son pruebas suficientes para procesar a G. por intento de homicidio. Su abogado Spanjer no está de acuerdo con esto. Mientras no se determine si G. ya tenía el cuchillo consigo o se lo llevó, como máximo se le puede condenar por “intento de causar lesiones graves”.
Mini pulmón colapsado
Según el abogado, la lesión no es tan grave. Aunque el juez dijo que la víctima sufrió un ‘mini colapso pulmonar’, el abogado de G. destaca que la herida fue suturada y no fue necesario el ingreso hospitalario. Por lo tanto, Spanjer cree que su cliente puede, como máximo, ser procesado por “un intento de infligir lesiones corporales graves” y, por lo tanto, debería ser puesto en libertad inmediatamente.
El Ministerio Público no está de acuerdo con esto y considera que existen motivos suficientes para procesarlo por intento de homicidio. Al apuñalarlo dos veces en la zona del abdomen y del pecho, G. aceptó el riesgo de que la víctima muriera, subraya el fiscal. Por tanto, exige tres años de prisión, de los cuales medio año es condicional.
El tribunal tampoco quiere aceptar de inmediato la solicitud de liberación de G. “Pero existe la posibilidad de que quede en libertad antes del veredicto”, se dirige a G. Ese veredicto se conocerá el 14 de noviembre.