Cuando tus hijos se van de casa, es un sentimiento muy confuso”, experimenta Esther Goedegebuure (52), madre de dos hijos estudiantes y una hija que va a la escuela. Les da una gran vida estudiantil. Al mismo tiempo, es un proceso de duelo. Los extraño. Y extraño a nuestra familia tal como era. Esa maravillosa burbuja en la que siempre estuvimos ha estallado”.