El miércoles 29 de noviembre tuvo lugar una manifestación propalestina en uno de los auditorios de la Universidad de Amberes. “Los estudiantes, pero también el personal y los profesores, querían mostrar su solidaridad con Palestina y resaltar los vínculos de la universidad con Israel”, dice Lukas Janssens, miembro de la asociación estudiantil comunista Comac.
Según Janssens, la acción fue pacífica. Fue una gran sorpresa cuando se supo que el rector Herman Van Goethem había presentado una denuncia interna contra él y la Comacer Eline Engelen. “Según el rector, violamos el reglamento estudiantil, que establece que la violencia no está permitida y tuvimos que solicitar la acción con antelación”, afirma Janssens.
“Pero no existe ningún procedimiento para esto. Ahora también tenemos que firmar un documento en el que prometemos no volver a hacer esto nunca más, de lo contrario se producirá un procedimiento disciplinario o incluso una suspensión permanente. Esto se siente como intimidación”.
Según la Universidad de Amberes, el rector informó previamente a los organizadores de que la manifestación no podía tener lugar en la universidad y, tras consultar con la policía, se ofreció una alternativa.
“No se trataba de hacer imposible una acción pro Palestina”, afirma Peter De Meyer, portavoz de la Universidad de Amberes. “Pero las manifestaciones y otros actos unilaterales en los terrenos de la Universidad de Amberes están prohibidos. Eso es lo que dice el reglamento. Además no se había solicitado la acción que es obligatoria”.
La Universidad de Amberes señala que una conferencia de la asociación de estudiantes de extrema derecha NSV no pudo celebrarse por el mismo motivo. El viernes por la mañana se celebrará una reunión de mediación entre los dos estudiantes y el rector.