El rapero Boef: en vivo con Wilders, Lil Kleine y una declaración contra la ‘cancelación’


«¡A la mierda la cultura de cancelar!», grita el fenómeno del rap Boef cuando Lil Kleine se quita el pasamontañas y electrocuta a la audiencia en Afas Live. «Realmente me gusta este hombre». Ese pasamontañas es el tema de esta noche, el mayor concierto en vivo de Sofiane ‘Boef’ Boussaadia (29) de la historia. Su segundo hoy: debido a la rápida venta de boletos, Boef decidió dedicarle una matiné adicional.

Está feliz de hacerle saber esta noche que Boef es un artista muy discutido. Por ejemplo, vemos videos deepfake de Geert Wilders, Humberto Tan y Jan Roos, quienes dicen que son grandes fanáticos y que esta noche será ‘rwina’. Una burla directa a todo lo que Boef está en contra: los medios, el estado, la cultura de la cancelación. Una compañía de una veintena de bailarines ayuda a establecer ese tono bailando con pasamontañas toda la noche. También resulta ser una forma ingeniosa de conseguir artistas invitados en el escenario. Ronnie Flex y Dopebwoy, entre otros, se esconden bajo los sombreros y vienen a pinchar con Boef sus hits ‘Come Again’, ‘All those days’ y ‘TikTok’.

Y también Lil Kleine. El rapero de Amsterdam fue desacreditado el año pasado después de agredir a su ex novia Jaime Vaes y estuvo bajo custodia por un tiempo. Además, el sello Sony canceló su colaboración con él y las estaciones de radio dejaron de reproducir su música. Cancelado, se podría decir. No queda nada de eso esta noche. El día antes de que hiciera su reaparición musical. La canción ‘Pornstar Martini’ (con Boef y $hirak) entró inmediatamente en el top 50 en el número 1. En su canción ‘Memory’, la del último disco de Boef Problema de lujo está de pie, Lil Kleine hace «su versión de la historia» (léase: perfora a Vaes en el suelo). La pista se transmitió un récord de 846.000 veces en su primer día. Boef no quiere “silenciar a nadie”, y sabe que con este tipo de colaboraciones romperá récords de streaming.

Después de su cuarto álbum número uno en cinco años, no se puede negar que Boef se ha convertido en el jefe del Nederhop contemporáneo. El poder está en su rango: desde un rap apretado e ingenioso hasta éxitos bailables y canciones personales sobre sentimientos. Aunque eso lo convierte en un curso desordenado esta noche: pasar de saltos emocionales a frenéticos en unos minutos da la impresión de que está buscando relleno para estirar el espectáculo.

Al público no le importa: el mar de linternas de iPhone que incendiaron el AFAS, ya no se apaga. Los mayores fanáticos de Boef son personas de la generación Z, y el programa responde a eso: los vlogs de Boef aparecen en la pantalla grande y los bailarines bailan en TikTok. Una adolescente grita a sus amigas: “Quiero mucho a Boef. ¡Estoy a punto de desmayarme!» Boef grita que le duelen los oídos de tanto gritar. «¡Pero eso no importa porque esa fissa está LIT!»

Vea una descripción general de nuestros críticas sobre pop, jazz y el mundo



ttn-es-33