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Javier Milei, un economista libertario radical y congresista en su primer mandato, obtuvo una victoria decisiva en las elecciones presidenciales de Argentina, derrotando al ministro de Economía, Sergio Massa, y empujando la política del país hacia la derecha en medio de su peor crisis en dos décadas.
Con el 93,4 por ciento de los votos escrutados, Milei obtuvo el 55,8 por ciento, frente al 44,2 por ciento de Massa, según la comisión electoral. Los encuestadores habían pronosticado unas elecciones muy reñidas.
Antes de que se publicaran los resultados oficiales, Massa, que proviene del ala moderada del gobernante peronismo populista de izquierda, anunció que había llamado a Milei para ceder.
Añadió que ambos habían conversado y llegado a acuerdos sobre la transición que se llevaría a cabo antes de la toma de posesión de Milei el 10 de diciembre para garantizar que “nadie tenga dudas sobre el. . . funcionamiento económico, social, político e institucional de la Argentina”.
La campaña de Milei se centró en la promesa de aplicar una “motosierra” al Estado (recortar el gasto hasta en un 15 por ciento del producto interno bruto) y dolarizar la economía para erradicar la inflación. Los aumentos anuales de precios en Argentina alcanzaron el 142,7 por ciento en octubre.
Milei, una autodenominada “anarcocapitalista”, ha generado controversia a lo largo de la campaña, expresando su apoyo a ideas como legalizar la venta de órganos humanos y eliminar todas las leyes sobre armas.
También se refirió a China, el mayor socio comercial de Argentina, como “asesina”, al Papa Francisco argentino como “un izquierdista asqueroso” y al cambio climático como “un engaño socialista”.
Sin embargo, Milei ha retrocedido en varias de esas declaraciones en un esfuerzo por ganarse a los votantes centristas en las semanas posteriores a la primera ronda de elecciones de octubre. Contó con el apoyo del ex presidente Mauricio Macri y de Patricia Bullirch, candidata de la coalición de centroderecha Juntos por el Cambio (JxC), que fue eliminada en la primera vuelta con el 24 por ciento de los votos.
La victoria de Milei, un ex comentarista de televisión que se hizo famoso por sus diatribas contra la mala gestión económica y la corrupción entre la élite gobernante de Argentina, es una reprimenda al movimiento peronista de Massa, que ha dominado la política desde que el país regresó a la democracia en 1983.
Durante las últimas dos décadas, los gobiernos peronistas de izquierda han duplicado el tamaño del sector público e introducido costosos subsidios y estrictas regulaciones en toda la economía. La toma de posesión de Milei marcará un cambio radical en la dirección política del país.
La inflación ha ejercido una presión sin precedentes sobre el modelo peronista este año. Massa ha recurrido a la impresión de dinero para financiar el gasto y ha endurecido estrictas restricciones comerciales y cambiarias para proteger las escasas reservas de divisas.
Había prometido, de ser elegido, construir un gobierno de unidad nacional con la oposición y virar hacia una política ortodoxa.
Antes del resultado, Agustina Romanelli, de 60 años, empleada de la Universidad pública de Buenos Aires, había dicho que no estaba convencida de la campaña de Massa.
“Los peronistas han arruinado totalmente a Argentina, que tiene tanta riqueza natural”, dijo. “Milei me da miedo, por todos los recortes que quiere hacer. Pero tiene razón: necesitamos un cambio profundo”.
Los críticos de Milei habían argumentado que él y su compañera de fórmula, Victoria Villaruel, defensora desde hace mucho tiempo de la dictadura argentina de 1976-1983, representan una amenaza para la democracia. Milei, que no tiene experiencia ejecutiva y es conocido por su personalidad irascible durante las entrevistas, enfrenta importantes interrogantes sobre su capacidad para gobernar y llevar a cabo su agenda, dicen los analistas.
Su coalición La Libertad Avanza (LLA), fundada en 2021, ocupará sólo ocho de los 72 escaños del Senado de Argentina y menos de 40 de los 257 de la Cámara Baja. No tiene gobernadores en ninguna de las 23 provincias de Argentina.
Si bien Macri ha dicho que la coalición JxC apoyará al LLA en reformas “razonables”, otros líderes de la coalición siguen siendo duros críticos de Milei.
La mayoría de los economistas en Argentina dicen que el plan emblemático de Milei de reemplazar el peso por el dólar estadounidense es inviable en el corto plazo, dado que Argentina casi no tiene dólares en su banco central ni acceso al crédito internacional.