Sani, médico de Sandro: “El futbolista tiene que afrontar situaciones que pueden generar angustia y activar un mecanismo disfuncional por el que ‘la cura’ pasa a ser la adrenalina del juego. Pero su fuerza puede ayudar a otros niños a salir de ello”
Sandro Tonali intenta volver a levantarse. La adicción al juego es el demonio que lo hizo caer. Junto a él se encuentra hoy el profesor Gabriele Sani, director del departamento de psiquiatría clínica y de emergencia del Policlínico Gemelli, además de profesor de la Universidad del Sagrado Corazón de Roma. Es el profesional al que el jugador acudió para recibir tratamiento: la discusión es diaria, el camino de recuperación se traza de común acuerdo.
Profesor, usted también es director del Cepid, un nuevo centro especializado en el tratamiento de las adicciones inaugurado a principios de año. En primer lugar, ¿puedes explicarnos cómo se llega al diagnóstico de adicción al juego?
“Estamos hablando de una adicción patológica que tiene rasgos claramente identificables a nivel objetivo. Existen herramientas de definición codificadas a nivel internacional. La más obvia: la pérdida total del placer por lo que uno hace, reemplazado por ser ‘obligado’ a hacerlo eso”.
¿Qué tipo de camino se emprende con el paciente?
“El camino del tratamiento comienza con la aceptación y el reconocimiento de la persona, incluso antes que del paciente. Y perfila un tratamiento multidisciplinario y personalizado que involucra armoniosamente a psiquiatras, psicólogos y grupos terapéuticos”.
¿Por qué sus seres queridos más cercanos y las personas cercanas a él no se dan cuenta del problema?
“Una de las características de la enfermedad es la mentira patológica: ya sea por vergüenza, miedo o autodesprecio, tendemos a ocultarlo todo incluso a nuestros seres queridos más cercanos. Especialmente a ellos, a quienes estamos seguros de que les estamos causando sufrimiento. “Uno de los primeros pasos para salir de él es reconocer el problema y compartirlo”.
¿Puede ser útil para un profesional del fútbol entrenar con compañeros?
“Una vez derribado el muro del silencio, un estilo de vida saludable, acorde con los propios deseos y capacidades, en un ambiente familiar es ciertamente útil. Por lo tanto, un futbolista profesional puede encontrar consuelo entrenando junto a compañeros que lo apoyan”.
Futbolistas, por cierto. Niños ricos, famosos y aclamados en el campo. ¿Se encuentran realmente entre los sujetos más frágiles?
“La patología afecta a todos, sin distinción. Un futbolista joven tiene estrés y responsabilidades que se derivan de presiones externas, de la atención mediática. Situaciones que pueden generar angustia y activar un mecanismo disfuncional por el cual ‘la cura’ se convierte en la adrenalina de las apuestas. Se convierte en algo. ya no se puede prescindir de un comportamiento compulsivo e incontrolable en el que el beneficio potencial no tiene absolutamente nada que ver”.
¿Es Tonali el paciente más joven bajo su cuidado o la enfermedad está cada vez más extendida también entre los jóvenes?
“Hemos notado una disminución en la edad de todos los tipos de adicción, incluso en los menores”.
Parece que Tonali a veces hacía múltiples apuestas por el AC Milan, pero siempre salía ganador, ¿por qué?
“Como el adicto al juego tiene su propio ritual, sigue una secuencia supersticiosa. Sandro apostó a que Milán ganaría por esto. Era parte de su ritual de buena suerte, se llama ‘pensamiento mágico'”.
¿Tonali como futbolista podrá volver a una carrera profesional de alto nivel?
“No sólo eso. Si ha llegado a donde ha llegado a pesar de esta carga, una vez que se haya liberado de ella podrá expresar su potencial tanto y quizás mejor que antes”.
¿Será útil su historia para el público joven al que se dirige?
“Por supuesto que sí, tiene una imagen potente y compartirla permitirá que muchos jóvenes se reconozcan en él, en su enfermedad y empiecen a afrontarla”.
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