El fútbol turco no se calma. Después del último ataque contra un árbitro, el martes por la noche estalló el siguiente escándalo en la Süper Lig, y una vez más un árbitro estuvo en el centro de atención.
Enfadado con el árbitro Ali Sansalan, el presidente del club, Ecmel Faik Sarialioglu, del Istanbulspor, pidió a su equipo que abandonara el terreno de juego en el duelo con el Trabzonspor. La razón inmediata fue que Sansalan había negado al equipo local un supuesto penalti tras una colisión en el borde del área penal. A cambio, los invitados marcaron un gol.
La escena fue comprobada por el asistente de vídeo, pero el golpe siguió siendo válido. Algunos jugadores del Estambul siguieron las instrucciones de su presidente, que había entrado corriendo al campo, para abandonar el campo, otros querían seguir jugando.
El capitán Mehmet Yesil finalmente informó a los árbitros que el Estambulspor no seguiría jugando. El juego fue suspendido después de minutos de discusión cuando el marcador era 1:2.