El candidato del principal partido de la oposición de Taiwán, el Kuomintang, partidario de estrechar lazos con China, admitió su derrota en las elecciones presidenciales del sábado por la noche.
En un primer discurso de victoria, Lai Ching-te dijo que está “decidido a proteger a Taiwán de las amenazas e intimidaciones de China”. Según el político, el país ha logrado resistir la “influencia externa” en las elecciones y ahora Taiwán puede seguir caminando al lado de otras democracias. Añade que utilizará “diálogo” en lugar de “enfrentamiento”.
Según los resultados preliminares, rápidamente quedó claro que Lai Ching-te, del PPD, estaba a la cabeza. Lai fue vicepresidente durante el gobierno saliente de la presidenta Tsai Ing-wen y es crítico con la República Popular China.
Con más del sesenta por ciento de los votos escrutados, Lai puede contar con el 41,6 por ciento de los votos. Se dice que al menos cinco millones de los casi veinte millones de votantes taiwaneses ya votaron por Lai, por lo que es probable que gane las elecciones.
Según los resultados, Hou Yu-ih, del partido de oposición, recibió el 33,2 por ciento de los votos.
“Respeto la decisión final del pueblo taiwanés” y “felicito a Lai Ching-te y Hsiao Bi-khim (su compañero de fórmula) por su elección, esperando que no decepcionen al pueblo taiwanés”, afirmó Hou Yuh-. sus seguidores.
‘Molesto’
China considera que el actual vicepresidente y el futuro presidente son un “problema”. Durante los últimos ocho años, Beijing ha criticado a la actual líder de Taiwán, Tsai Ing-wen, pero la preocupación es que Lai eleve el listón aún más alto con Beijing que Tsai.
Sus partidarios afirman lo contrario: el peligro real, dicen, es una presidencia del Kuomintang. Temen que los líderes comunistas de China no se conformen con mejores relaciones y empujen a Taiwán hacia la unificación.
Taiwán ha sido gobernado de manera independiente y democrática desde 1949, pero Beijing todavía considera a la isla una provincia renegada. En lo que respecta al presidente Xi Jinping, Taiwán algún día volverá a unirse a China. Si es necesario, se utilizará la fuerza. Estados Unidos, por el contrario, es aliado de Taiwán y ya ha advertido a China que no emprenda acciones “provocativas” tras las cruciales elecciones.