Solo tiene seis años, lo que lo convierte en el príncipe heredero más joven del mundo, pero eso no impide que Jigme Namgyel Wangchuck asista solo a eventos oficiales. A principios de esta semana, el joven príncipe de Bután fue invitado a la inauguración de un FabLab, un laboratorio de producción que se centra en la innovación y la creatividad. No por casualidad, porque el laboratorio en cuestión lleva el nombre del Príncipe Dragón. Jigme Namgyel fue recibido calurosamente y obsequiado con una procesión ceremonial, un servicio de oración y una visita oficial al laboratorio.