Durante su discurso del 1 de mayo en Sint-Niklaas, el presidente de Vooruit, Conner Rousseau, enumeró las ambiciones de su partido socialista, que, según él, necesitaba una “descarga eléctrica”. “No todo tiene que permanecer igual”, comienza, seguido de un golpe fuerte a Vlaams Belang y se enfoca principalmente en el poder adquisitivo.
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