“Calley las mujeres representan la mitad de la sociedad, entonces la mitad del poder político y la mitad del poder económico pertenecen a las mujeres. Algunos encontrarán esto desproporcionado. Simplemente nos parece correcto”.
Con estas palabras El presidente de España, Pedro Sánchez, anunció la nueva ley de representación igualitaria entre hombres y mujeres en los centros de toma de decisiones.
Las listas electorales estarán compuestas alternativamente por hombres y mujeres. Toda empresa que cotiza en Bolsa o en todo caso con más de 250 empleados debe tener al menos un 40 por ciento de mujeres en el consejo de administración y en puestos directivos.
Cada orden profesional debe tener al menos un 40 por ciento de mujeres en la parte superior.. Ningún premio o reconocimiento financiado con dinero público puede ser otorgado por un jurado que no incluya al menos un 40 por ciento de mujeres.
Alguien objetará: así España se convertirá en un inmenso cupo femenino. Pero “cuota rosa” es la clásica expresión cacofónica y odiosa inventada para desprestigiar un bien.
El fascismo introdujo una gigantesca “cuota azul” 90 por ciento de asientos reservados para hombres, obviamente sin llamarlo así; y nadie hoy lo recuerda.
Reservar escaños para mujeres sigue siendo necesario, porque nuestras sociedades -especialmente las latinas- siguen estando muy dominadas por los hombres.
En España, por ejemplo, la violencia de género sigue siendo un problema, a muchos maridos les resulta normal pegar a sus mujeres; y el Gobierno de Sánchez ha luchado contra ello. Incluso en Italia todavía existe la violencia domésticaa.
Por supuesto, ha habido grandes avances. Incluso el hecho de tener por primera vez una mujer al frente del gobierno y otra mujer al frente de la izquierda es objetivamente nuevo.
Pero lo más importante es que hoy Giorgia Meloni y Elly Schlein, y mañana el 40 por ciento de mujeres que se encontrarán al frente de Españahacer cosas diferentes de manera diferente a como lo han hecho los hombres de poder durante siglos.
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