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El Primer Ministro de Eslovaquia, Robert Fico, está poniendo a prueba “los límites de la democracia” con su reforma judicial y sus ataques al Tribunal Constitucional, advirtió el presidente saliente del país.
Zuzana Čaputová, abanderada de la política liberal en Europa central, criticó a Fico por sus intentos de debilitar el Estado de derecho y su acercamiento a Rusia, comparándolo con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
“Hoy en día, a Eslovaquia se la compara con bastante frecuencia con Hungría y parece claro que esto [Fico] El gobierno se inspira en cierta medida en Hungría”, dijo en una entrevista con el Financial Times.
Desde que Fico llegó al poder en octubre, Eslovaquia ha encontrado una causa común con Hungría al criticar el apoyo occidental a Ucrania y las sanciones contra Rusia. Fico dijo este mes que “la estrategia occidental de utilizar la guerra en Ucrania para debilitar a Rusia económica, militar y políticamente no funciona”.
La semana pasada, los ministros de Asuntos Exteriores de Eslovaquia y Hungría rompieron filas con sus homólogos de la UE al reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en Turquía. Čaputová dijo que la reunión con Lavrov no acercó a su país a la paz, sino que “creó más distancia entre Eslovaquia y nuestros socios y aliados”.
El presidente también expresó su preocupación por la agenda interna de Fico, que podría correr el riesgo de disputas similares con Bruselas sobre el estado de derecho a las que anteriormente enfrentaron Hungría y Polonia.
La coalición gobernante de Fico impulsó una reforma legal en febrero que debilita la capacidad del poder judicial para procesar la corrupción, incluso mediante el desmantelamiento de una oficina anticorrupción, desafiando las protestas callejeras en toda Eslovaquia y las advertencias de Bruselas sobre la salvaguardia del Estado de derecho.
La UE podría congelar la financiación de Eslovaquia por violaciones del Estado de derecho, como hizo con Polonia y Hungría.
“Al igual que en cualquier otro Estado de la UE, si hay una violación grave del Estado de derecho en Eslovaquia, se debería aplicar la condicionalidad de la financiación de la UE”, dijo Čaputová.
Ha enviado la reforma judicial de Fico al tribunal constitucional, que suspendió algunos de sus contenidos que suavizarían las penas para algunos delitos, incluido el fraude de cuello blanco. Los aliados de Fico han dicho que se podría redactar una nueva legislación para evitar un fallo judicial negativo.
El primer ministro sugirió el martes que el próximo presidente eslovaco debería destituir a un alto juez del Tribunal Constitucional por presuntamente ser responsable de una filtración a los medios.
Čaputová dijo que tal intimidación era “absolutamente inaceptable e irresponsable” ya que “arroja dudas” sobre la independencia del tribunal.
“Creo que se están poniendo a prueba los límites de la democracia”, dijo, señalando las reformas judiciales de Fico y la creciente presión del gobierno sobre los medios y las organizaciones no gubernamentales.
El favorito para reemplazar a Čaputová en las elecciones presidenciales del 23 de marzo es Peter Pellegrini, un socio de coalición en el gobierno de Fico cuya elección consolidaría el control del poder por parte de la coalición.
Čaputová ha dicho que no se presentará a la reelección después de que cinco gobiernos diferentes en otros tantos años la hayan dejado “completamente agotada”. En cambio, dijo que planeaba votar por el ex ministro de Asuntos Exteriores Ivan Korčok, el candidato respaldado por la oposición liberal.
Las encuestas de opinión indican que la reñida carrera entre Pellegrini y Korčok se decidirá en una segunda vuelta el 6 de abril.
El presidente tiene un papel principalmente ceremonial, pero puede retrasar la legislación activando revisiones constitucionales y puede nombrar y destituir a los jueces del tribunal superior.
Čaputová, abogada, fue elegida en 2019 tras las manifestaciones anti-Fico provocadas por los asesinatos de un periodista y su prometida, que obligaron al primer ministro a dimitir. El periodista Ján Kuciak había estado investigando presuntos vínculos entre el partido Smer de Fico y redes criminales. Tanto el primer ministro como Smer niegan tener vínculos con el crimen organizado.
Una “parte sustancial de la población” todavía estaba muy comprometida con los procesos democráticos y no había olvidado sobre qué escribía Kuciak, dijo.
“Creo que la gente tampoco ha olvidado la oportunidad perdida de una alternativa política que debía traer estabilidad y seguridad a Eslovaquia”.