El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, dijo el viernes que no se presentará a las elecciones anticipadas que provocó el mes pasado tras enfrentar cargos de juicio político.
“No aceptaré la candidatura a la presidencia de la república en las elecciones del 20 de agosto”, dijo Lasso en un discurso el viernes por la tarde afuera del Palacio de Carondelet en Quito, flanqueado por su familia y gabinete.
Las elecciones para presidente y congreso se realizarán en agosto después de que Lasso activó la cláusula de “muerte mutua” en la constitución, disolviendo el congreso y provocando elecciones para presidente y congreso.
El millonario enfrentaba un juicio por cargos de malversación de fondos en el congreso controlado por la oposición. Los cargos se relacionaban con contratos adjudicados a la empresa estatal de transporte de petróleo Flopec en 2018, tres años antes de que asumiera el cargo. Lasso negó repetidamente los cargos y dijo que tenían motivaciones políticas.
Debía enfrentar un juicio en la Asamblea Nacional unos días después de cerrarla.
“No lo hice para evitar un juicio, sino para frenar este macabro plan de usurpación institucional que sigue hoy”, dijo Lasso en su discurso del viernes.
La agitación parece haber afectado la confianza de los inversionistas, ya que la agencia calificadora Fitch cambió la semana pasada su perspectiva para Ecuador de estable a negativa, citando inestabilidad política.
Si ningún candidato a presidente gana más del 50 por ciento de los votos en agosto, se realizará una segunda vuelta el 15 de octubre.
Lasso gobernará por decreto, supervisado por la corte constitucional, hasta que asuma el nuevo presidente. En un mensaje de video publicado más tarde en Twitter, dijo que usaría los próximos meses para cumplir los planes que tenía para los próximos dos años.
A pesar de recibir elogios por la campaña de vacunación contra el covid-19 del país y de reestructurar parte de su deuda con China, la administración de centroderecha de Lasso se encontró con hostilidad en el Congreso y se vio afectada por un aumento de la delincuencia impulsada por las drogas que dominará la campaña. adelante.
Es poco probable que a Lasso le vaya bien en una votación: su índice de aprobación era solo del 13,9 por ciento antes de disolver el congreso.
El nuevo presidente y los legisladores solo servirán el resto del mandato actual de Lasso, hasta 2025, cuando se llevarán a cabo otras elecciones.
Sebastián Hurtado, titular de la consultora de riesgo político de Quito Prófitas, dijo que la decisión de Lasso de no postularse le da un nuevo aire a su declaración de “muerte mutua”, dado que podría haber renunciado y dejado ver a su vicepresidente, Alfredo Borrero. fuera del término.
“Creo que dos años de un gobierno cojo de Borrero era preferible a la disrupción e inestabilidad que dos años de elecciones continuas van a traer a Ecuador con todo el impacto económico que va a tener”.