El periodista explica cómo está surgiendo fuera de Italia un núcleo de populismo ecologista que distorsiona la lucha contra el cambio climático


METRO¿Estamos seguros de que la defensa del medio ambiente, incluidos sus excesos ideológicos, es cosa de izquierdas? Francesca Santolini habla sobre ecofascismo. Interesante. ¿Qué tienen que ver las cuestiones medioambientales, la crisis climática, con la extrema derecha o, en todo caso, con el pensamiento reaccionario?

La monja y el ambientalista. Él protesta, ella lo taclea y lo noquea.

En realidad, esta conexión no tiene nada de extraño; de hecho, no es más que una tendencia reciente. Su encarnación histórica más conocida es la llamada “ala verde” del nazismo alemán.donde el culto al medio ambiente estaba indisolublemente ligado a un nacionalismo violentamente xenófobo.

Francesca Santolini, periodista experta en temas medioambientales, lo explica bien en su último ensayo Ecofascistas. Extrema derecha y medio ambiente (Einaudi), en el que rastrea la apropiación de los fundamentos de la ecología por parte de la extrema derecha internacional, un vínculo que, aunque marginal, es peligrosamente vital.

Aldo Cazzullo (foto de Carlo Furgeri Gilbert).

¿Por qué explotar el medio ambiente?

Al no poder seguir negando la emergencia climática, la retórica populista se ve obligada a actualizar rápidamente su armamento ideológico, transformar la protección del medio ambiente en protección del territorio o más bien defensa del territorio. «Las fronteras son el mayor aliado del medio ambiente, a través de ellas salvaremos el planeta», afirma Marine Le Pen.

“Ecofascistas. Extrema derecha y medio ambiente” de Francesca Santolini (Einaudi)

Fuera de Italia (solo que aquí la derecha sigue estancada en el negacionismo o el reduccionismo) Está surgiendo un núcleo de populismo ecologista. que combina provechosamente la preocupación pública por el calentamiento global, el desprecio por las élites en el poder, un enfoque anticientífico y, sobre todo, el miedo a la invasión de inmigrantes.

Así se manifiesta el ecofascismo, un fenómeno más sutil que el clásico negacionismo climático: Se reconoce la existencia de la crisis climática pero se echa la culpa a los migrantes, proponiendo como soluciones el cierre de fronteras y el bloqueo de la inmigración. La ecología reducida a la protección de fronterasla lucha contra el cambio climático expresada como patriotismo.

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