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Se espera que Sir Keir Starmer presente esta semana un proyecto de ley sobre inteligencia artificial largamente esperado, mientras busca cumplir la promesa del manifiesto laborista de crear reglas vinculantes para regir el desarrollo de los modelos de aprendizaje automático más avanzados.
El proyecto de ley sobre IA, uno de los 35 proyectos de ley que se incluirán en el Discurso del Rey el miércoles, buscará mejorar las garantías legales que rodean a las tecnologías de IA más avanzadas, según personas informadas sobre los planes.
Es probable que la legislación se centre en la producción de grandes modelos de lenguaje, la tecnología de propósito general que sustenta los productos de IA como ChatGPT de OpenAI.
Otras leyes que se establecerán en el discurso permitirán al nuevo gobierno de Starmer eliminar a los pares hereditarios de la Cámara de los Lores, facultar a la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria para publicar de forma independiente pronósticos de grandes eventos fiscales e implementar reformas de protección de los trabajadores, incluida una ofensiva contra los contratos de cero horas y las prácticas de “despedir y recontratar”.
La administración laborista también resucitará la ambición del gobierno conservador anterior de crear un registro de niños desaparecidos de las escuelas, así como un proyecto de ley de seguridad cibernética para proteger la infraestructura crítica de actores extranjeros nefastos.
Las propuestas legislativas de Starmer serán seguidas de cerca en busca de señales de la magnitud de su ambición durante los primeros meses de su mandato como primer ministro, un período que muchos sostienen que representará el apogeo de su poder.
Su proyecto de ley sobre IA supone un cambio respecto de la estrategia empleada por el ex primer ministro Rishi Sunak, quien se mostraba reacio a impulsar intervenciones legales en el desarrollo y la implantación de modelos de IA por temor a que una regulación estricta pudiera obstaculizar el crecimiento de la industria.
Sunak, en cambio, propuso acuerdos voluntarios entre el gobierno y las empresas, descartando una legislación a corto plazo.
La UE ha adoptado una postura más estricta. En marzo, el Parlamento Europeo aprobó algunas de las primeras y más estrictas normas para regular la tecnología a través de su Ley de Inteligencia Artificial.
La semana pasada, el Instituto Tony Blair celebró una conferencia sobre el potencial de la IA para revolucionar el gobierno y los servicios públicos, con oradores invitados del gabinete laborista.
El ex primer ministro laborista destacó la importancia de la Cumbre de Seguridad de IA de Sunak celebrada en Bletchley Park el año pasado, pero dijo que “necesitamos aprovechar esto rápidamente” y agregó que el gobierno necesita aprender un “lenguaje completamente nuevo” para aprovechar al máximo el potencial de la tecnología.
El manifiesto del Partido Laborista esbozaba planes para “garantizar el desarrollo y uso seguro de modelos de IA mediante la introducción de una regulación vinculante para el puñado de empresas que desarrollan los modelos de IA más potentes”.
Peter Kyle, el secretario de nueva tecnología y ciencia, dijo a principios de este año que esperaba introducir un “código legal” que obligaría a las empresas a publicar “todos sus datos de prueba” y “decirnos qué están probando”.
Los reguladores, incluido el organismo de control de la competencia del Reino Unido, están cada vez más preocupados por los posibles daños de las tecnologías de inteligencia artificial, que van desde la posibilidad de que los algoritmos incorporen sesgos que afecten a grupos demográficos marginados hasta el posible uso de modelos de uso general para crear materiales nocivos.
Al hablar sobre el discurso del Rey del domingo, la líder de la Cámara de los Comunes, Lucy Powell, dijo a la BBC que los 35 proyectos de ley “no eran solo una lista de cosas que nos gustaría hacer, son proyectos de ley completamente considerados y elaborados que sabemos que podemos aprobar en esta sesión parlamentaria”.
Esta semana, el Partido Laborista también esbozará la legislación para establecer la pieza central de sus planes de energía verde: GB Energy, un nuevo inversor energético estatal que tendrá su sede en Escocia y tomará participaciones en proyectos de energía renovable y nuclear.
El secretario de Energía, Ed Miliband, prometió el domingo tomar “medidas inmediatas” para impulsar el papel de la energía solar, como parte de varios pasos encaminados a cumplir el objetivo del gobierno de reducir las emisiones de carbono de la generación de electricidad a cero neto para 2030.
“Alentaremos a los constructores y propietarios de viviendas de todas las formas posibles a entregar esta tecnología beneficiosa para todos a millones de direcciones en el Reino Unido para que la gente pueda generar su propia electricidad, reducir sus facturas y al mismo tiempo ayudar a combatir el cambio climático”, dijo Miliband.
El viernes, aprobó tres grandes proyectos solares en Inglaterra que habían sido bloqueados por el gobierno de Sunak, afirmando que suministrarían energía al equivalente de hasta 400.000 hogares por año. Uno de los proyectos, Sunnica, crearía 1.500 puestos de trabajo en la construcción, según el Departamento de Seguridad Energética y Cero Neto.