Para los empleados ya no es agradable ni seguro trabajar en la estación de eliminación de residuos. El depósito donde se recogen los pequeños residuos químicos está oxidado por todos lados. Los azulejos del techo están sueltos y las paredes del edificio con corrientes de aire están mohosas. Otros edificios del sitio tienen poco o ningún aislamiento.
“Las condiciones de trabajo están obsoletas”, reconoce el concejal responsable Bert Jan ten Oever (PLOP). “No tenemos buenas instalaciones para nuestros empleados cuando llueve y hace frío y queremos deshacernos de eso”.
El jefe del equipo de limpieza del municipio, Koeno Oosterhuis, espera que algo cambie pronto en “su” parque medioambiental. “El lugar está en mal estado desde hace años. Los empleados ya se han quejado de problemas de salud. Por eso es necesario hacer algo”, afirma Oosterhuis.
Los visitantes tampoco disfrutan mucho de una visita al centro de reciclaje. Las vías de acceso son estrechas y en las horas punta el tráfico se paraliza. Los camiones no pueden abandonar el vertedero pagado cuando los residentes vienen a recoger los residuos en sus coches.
Vea cómo es actualmente el parque medioambiental del municipio de Assen (la historia continúa debajo del vídeo):