Hace cuatro años, el patio de hormigón de la escuela Sint-Paulus pasó de ser un conjunto de hormigón incoloro a convertirse en el llamado patio climático. Se convirtió en una zona verde con árboles, un gallinero y colmenas.
“Nuestro patio de recreo se ha convertido en realidad en una extensión de nuestro salón de clases. Realizamos todo tipo de actividades al aire libre. Hay agua, arena, vegetación y también muchos lugares para diferentes tipos de juegos”, explica el profesor Cedric Ryckaert.