El Parlamento Europeo quiere listas electorales transnacionales y quiere que los votantes opinen en la elección del presidente de la Comisión

Si depende del Parlamento Europeo, en futuras elecciones europeas se utilizarán las denominadas listas electorales transnacionales, además de las listas electorales existentes por Estado miembro. De esta forma podrían ser elegidos 28 eurodiputados adicionales que compiten por el favor del votante en toda la Unión.

El parlamento aprobó su proyecto de ley electoral el martes. Los proponentes no tuvieron mucho margen: 323 eurodiputados votaron a favor, 262 votaron en contra y 48 se abstuvieron.

Se espera que el votante emita dos votos. Uno para elegir a los 705 eurodiputados que se postulan en las distintas circunscripciones nacionales, y otro para designar a 28 diputados adicionales que se presenten en las listas electorales transnacionales.

Para compilar estas últimas listas de manera geográficamente equilibrada, según el parlamento, los 27 estados miembros deberían dividirse en tres grupos, según el tamaño de su población. Luego, las listas se pueden llenar proporcionalmente con candidatos de esos diferentes grupos.

Según el Parlamento, el presidente de la Comisión Europea también debería ser elegido sobre la base de las listas transnacionales, quien luego participará en las elecciones parlamentarias como ‘Spitzenkandidat’.

Elecciones europeas en un día fijo

Las elecciones europeas, según el parlamento, llaman más la atención si ya no se reparten en cuatro días, sino que se celebran en un día fijo. Eso debe ser el 9 de mayo, ya sea que caiga en un jueves promedio o en un día religioso de descanso o feriado. La próxima edición tendría lugar el día de la Ascensión de 2024.

En el futuro, mujeres y hombres deberían alternarse en la lista electoral, según el parlamento. Tal ‘sistema de cremallera’ debería aumentar el número de eurodiputadas. Ahora, un país de la UE como Chipre solo envía hombres a Bruselas.

Los Estados miembros todavía tienen que ponerse de acuerdo

La nueva ley electoral aún debe ser aprobada por el Consejo, por unanimidad. Sin duda, los Estados miembros no estarán simplemente de acuerdo con el Parlamento. Por ejemplo, las capitales amenazan con tener que recortar la ocupación de los altos cargos europeos (en 2019 sacaron de su chistera a Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión) y las tradicionales campañas electorales nacionales amenazan con romperse con la participación de pan- candidatos europeos.

Sin embargo, según Guy Verhofstadt (Open Vld), precisamente ahí radica la fuerza de la propuesta. “Estamos haciendo que la votación por el Spitzenkandidat sea un poco más democrática al hacer que sea políticamente imposible que el Consejo nomine a otra persona como presidente de la Comisión”, dijo al Parlamento.



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