El Papa: «7 de octubre, vergonzosa incapacidad de la comunidad internacional»


El Papa, con motivo del 7 de octubre, escribe a los católicos de Oriente Medio. Recuerda que “hace un año se encendió la mecha del odio; no se extinguió, sino que estalló en una espiral de violencia, en la vergonzosa incapacidad – subraya Francisco – de la comunidad internacional y de los países más poderosos para silenciar las armas y poner fin a la tragedia de la guerra. La sangre fluye, como lágrimas; La ira aumenta, junto con el deseo de venganza, mientras parece que pocos se interesan por lo que más se necesita y lo que la gente quiere: el diálogo, la paz. No me canso de repetir que la guerra es una derrota.”

“Tengo algo en mi corazón que quiero decirles a ustedes, hermanos y hermanas, pero también a todos los hombres y mujeres de todas las denominaciones y religiones que sufren la locura de la guerra en Medio Oriente: estoy cerca de ustedes, Estoy contigo. Estoy con ustedes, los habitantes torturados y exhaustos de Gaza, que están en mis pensamientos y oraciones todos los días. Están con vosotros, obligados a abandonar vuestras casas, a abandonar la escuela y el trabajo, a vagar en busca de un destino para escapar de las bombas. Yo estoy con vosotras, madres que derramais lágrimas mirando a vuestros hijos muertos o heridos, como María viendo a Jesús; con vosotros, pequeños que habitais las grandes tierras de Oriente Medio, donde las conspiraciones de los poderosos os arrebatan el derecho a jugar.” Así lo expresó el Papa, con ocasión del 7 de octubre, en una carta a los católicos de Oriente Medio.

“Yo estoy con vosotros, que tenéis miedo de mirar hacia arriba, porque del cielo llueve fuego. Estoy con ustedes, que no tienen voz, porque se habla mucho de planes y estrategias, pero poco de la situación concreta de quienes sufren la guerra, que los poderosos hacen hacer a otros; Sin embargo, sobre ellos se cierne la inflexible investigación de Dios. Yo estoy con vosotros, sedientos de paz y de justicia, que no os rindéis a la lógica del mal y que en el nombre de Jesús amáis a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen. – añadió el Papa – Gracias a vosotros, hijos de la paz, porque consoláis el corazón de Dios, herido por la maldad del hombre. Y gracias a quienes en todo el mundo os ayudan; A ellos, que cuidan de Cristo hambriento, enfermo, extranjero, abandonado, pobre y necesitado en vosotros, les pido que sigan haciéndolo con generosidad. Y gracias a vosotros, hermanos obispos y sacerdotes, que lleváis el consuelo de Dios a las soledades humanas. Os pido que miréis al pueblo santo al que estáis llamados a servir y dejéis que toque vuestro corazón, dejando de lado, por amor a vuestros fieles, toda división y ambición”, concluyó el Papa Francisco.



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