Vlahovic tras la estela de Roberto Baggio: qué novedoso su primer partido de la Juventus en el Franchi. Materazzi reservó una bienvenida especial para Zlatan, pero aquel Clásico en el que Figo volvió al Camp Nou, con la camiseta de la Real, ha pasado a la historia
Una sensación – eufemismo – Dusan Vlahovic no vivirá el final feliz reservado a Roberto Baggio el 6 de abril de 1991, en su primer partido como rival de la Fiorentina con la camiseta de la Juventus. Baggio no quería ir a Turín y en 1990, antes del Mundial, la afición de Viola puso patas arriba la ciudad para oponerse a la venta. Cuando volvió aquel domingo de abril, lo llovieron a silbatos. Fiorentina tomó la delantera con Fuser, otras bromas y otras bromas. Entonces sucedió lo imponderable. Baggio se metió un penalti, pero se negó a lanzarlo. De Agostini fue al punto y Mareggini desvió el remate. El entrenador Gigi Maifredi poco después llamó a Robi para que lo sustituyera, Baggio se fue del campo con tristeza por dentro. Un fan del parterre tiró un pañuelo morado, él lo recogió y los Franchi estallaron en una ovación. Robi Baggio uno de ellos, florentino para siempre, más allá del bien y del mal y de cualquier otra camiseta.
El regreso de Gonzalo
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Federico Chiesa, el penúltimo gran ex viola que se mudó a la casa de Turín, ahora paciente de larga duración por una grave lesión, aún no ha jugado en Florencia como jugador de la Juventus, el ‘tratamiento Vlahovic’ lo ayudará a comprender. El regreso del gran ex es un “topos”, un cliché del gran fútbol. La banalidad del silbato casi siempre se impone. Veintiséis años después de Baggio, el 2 de abril de 2017, pisaba el entonces San Paolo con la camiseta de la Juventus Gonzalo Higuaín, el que durante años inolvidables había sido el delantero centro del renacer del Nápoles. En Fuorigrotta lo enterraron a silbatos, apenas el argentino tocó el balón el estadio hervía de furia e insultos. Muchos napolitanos mostraban una hoja de papel A3 con la inscripción “Higuain 71”, mientras que el 71, en la mueca napolitana, indica “l’omm ‘e mm…”. Aquel primer tiempo acabó 1-1, Higuaín no marcó, pero unos meses después, diciembre de 2017, silenció al San Paolo con el gol de la victoria, pese al trato recibido, el mismo que en abril.
no muy pacifico
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El primero de Ibrahimovic AC Milan contra “su” viejo Inter, el 14 de noviembre de 2010. Ibra inmediatamente segado en el área por Materazzi y un penalti lanzado con frialdad por el propio Zlatan. Exultación con los brazos en alto bajo el Norte, la curva nerazzurra, “suya” hasta 2009, antes del año equivocado en Barcelona. Lo mejor, de hecho lo peor, tomó forma en la segunda mitad, cuando Ibra y Materazzi llegaron a un enfrentamiento, en otro conflicto sin ley. Ibra levantó una pierna, golpeó al defensor con una rodilla y un codazo. Materazzi se quedó en el suelo. Lo llevaron al hospital y las pruebas descartaron daños graves. Ibrahimovic se salió con la suya con tarjeta amarilla: si hubiera estado el Var, le habrían expulsado. Si nos vamos de Italia, el melodrama del gran ex sigue así. Memorable lo ocurrido en Barcelona el 21 de octubre de 2000, el debut de Luis Figo en el Camp Nou con la camiseta del Real Madrid. Figo entró al estadio escoltado por dos guardaespaldas, la afición le tiraba con todo. Dos años después, de nuevo en el Camp Nou, le tiraron una cabeza de cerdo.
2 de marzo – 13:44
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