Un empresario de la isla italiana de Sicilia debió pensar la semana pasada que estaba en una escena de una película de ‘El Padrino’. El contratista encontró una cabeza de caballo cortada en el asiento de una de sus excavadoras y una vaca preñada muerta en el lugar de su empresa de construcción. El ternero por nacer yacía hecho pedazos sobre el estómago de su madre. El suceso hace temblar de miedo a la pequeña comunidad en la que vive el hombre.
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