El público lo abucheó por su sentencia de prisión. Ahora el jugador de voleibol playa Steven van de Velde habló sobre sus experiencias olímpicas.
Incluso antes de su participación en los Juegos Olímpicos de París, el jugador holandés de voleibol playa Steven van de Velde sabía que su pasado le alcanzaría. No ocultó que fue condenado a prisión en 2016 por violar a una niña de 12 años, pena de prisión que cumplió en Gran Bretaña y más tarde en su país de origen. Por sus acciones, hubo críticas por su participación en los juegos.
Ahora se ha pronunciado por primera vez desde el final de los partidos. En una entrevista con la televisión holandesa NOS, afirmó que en el fondo entendía las críticas. “Entiendo que es un problema: ¿Debería permitirse a alguien con tal pasado subir a un podio así? Esa es una pregunta legítima”.
Era consciente de que el crimen lo perseguiría por el resto de su vida. Al mismo tiempo, parece estar cansado de las acusaciones. “Creo que es una pena”, dice sobre la emoción. “Han pasado diez años y he jugado más de cien torneos”.
Se ofreció como voluntario para dormir fuera de la Villa Olímpica durante los juegos de París. “Quería crear paz para mí y para los atletas”. Ahora es más maduro y tiene una familia. “Las impresiones que otros tienen en las redes sociales ya no significan nada para mí”. Pero si volviera a tener 20 años, la situación habría sido diferente.
Sin embargo, la discusión sobre él habría repercutido en el torneo de voleibol playa. Él y su compañero Matthew Immers fueron eliminados en octavos de final. “Cuando pienso en lo ocupado que estaba con cosas triviales… Eso tuvo un impacto”, dijo a la estación. Escuchó los abucheos, pero también los vítores. Luego accionó un interruptor en su cabeza. “Al final del día, te hace más fuerte como persona, eso es en lo que trato de concentrarme”.
Aún no ha procesado completamente sus experiencias en los Juegos Olímpicos. Pero ya ha llegado a una conclusión: “No merece la pena”. También para su familia y su compañero deportivo Mateo. Cuando se le preguntó si habría consecuencias si las discusiones sobre él no cesaban, van de Velde respondió: “Sí, definitivamente”.