El objetivo, es "champú" Pioli, la remontada sobre De Ketelaere: Díaz, con la Juve una tarde de 10

El balear señaló el dorsal de su camiseta tras el 2-0, sacando una amarilla que enfureció a su entrenador. Objetivos claros: socavar al belga para el puesto de titular y ganarse el rescate del club

Y pensar que al final del partido también le quitó el champú a Pioli: «Qué cojones… o te quitas la camiseta…». Es el perfeccionismo típico de los entrenadores, sobre todo cuando todavía están en trance competitivo. Porque la lógica diría que Pioli levantó con peso a Brahim Díaz -no hace falta un esfuerzo sobrehumano- y lo llenó de halagos en lugar de palabras de mal gusto por esa amonestación que recibió… por una causa noble. Por otro lado, también hay que ponerse en el papel del entrenador: Orsato acababa de pitar el final de un partido que se esperaba con ansiedad y tensión: tenía que ser el partido de la rehabilitación pública, de la vuelta a lo viejo y lo buenas costumbres, de reavivar esa luz que permanecía completamente apagada en Londres.



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