En los últimos años, las mujeres han optado cada vez más por el trabajo por cuenta propia. Actualmente hay más de 600.000 mujeres autónomas en nuestro país, el doble que hace diez años.
En esos años también hubo un crecimiento entre los hombres, según cifras de la Cámara de Comercio (KVK). Pero ese crecimiento fue considerablemente menor que el de las mujeres, +77 por ciento y +101 por ciento respectivamente. A principios de este año, un total de 1,6 millones de personas estaban registradas como autónomos.
Las mujeres suelen actuar como abogadas independientes, asesoras de comunicación o trabajadoras sanitarias, por ejemplo. Muchas mujeres autónomas también trabajan en servicios personales, mientras que su número en la construcción es mínimo.
También llama la atención que muchos jóvenes (hasta 25 años) se conviertan en autónomos. Su número incluso se triplicó en diez años.
Según la Cámara de Comercio, esto tiene varias explicaciones. Por ejemplo, se presta mucha atención a la educación para el autoempleo, los jóvenes suelen tener habilidades digitales y ven muchos ejemplos en las redes sociales. Relativamente muchos autónomos jóvenes trabajan en el sector de la restauración o como mensajeros.
También se produce un aumento importante entre las personas mayores de 65 años, especialmente entre las mayores de 70 años. Probablemente esto se debe a que las personas mayores prefieren seguir trabajando después de la jubilación, pero también a que no siempre han acumulado una pensión suficiente.