El nombramiento de Fitto: una victoria estratégica para Meloni en la nueva Comisión de la UE


La formalización del nombramiento de Raffaele Fitto como vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea responsable de Cohesión y Reformas es sin duda una victoria para Giorgia Meloni. El primer ministro, a pesar de el «no» al bis de Ursula von der Leyen, ha obtenido un reconocimiento visible de la propia Presidenta de la Comisión Europea. Un resultado que sorprende a quienes hasta ayer -empezando por los partidos de la oposición- denunciaban el riesgo de «aislamiento» de Italia debido a las posiciones adoptadas por el Primer Ministro.

Pero este es el aspecto más llamativo. Hay otros no menos relevantes. La primera ministra se ha mantenido alejada de las posiciones extremistas planteadas por Mateo Salvini y de la Liga que se fusionó en el grupo soberanista de Víctor Orbán Y Marina Le Pen consolidando la imagen de líder de la derecha de gobierno. Al mismo tiempo, logró revertir la práctica que hasta la última legislatura implicaba la división de los principales cargos gubernamentales en la UE. Entre los partidos mayoritarios, destacan el PPE, los socialistas y los liberales.

Por primera vez, un miembro de la oposición, el grupo de los conservadores reformistas (Ecr) del que Meloni es líder, asume un cargo significativo como el de vicepresidente ejecutivo.

Éste era el principal objetivo del Primer Ministro que desde el principio reivindicó una papel de «peso» para Italia como país fundador y tercera economía de la Unión. Además, para el Primer Ministro, la elección de von der Leyen de confiar las Delegaciones de Cohesión y Reformas a Fitto y no la Economía gestionada hasta ahora por Paolo Gentiloni. La discusión con el presidente de la comisión nunca cesó. Y el propio Fitto ciertamente tuvo un papel importante, ya que tiene una relación consolidada con Bruselas y, en particular, con Vdr.

Ahora, como a los demás comisarios, le espera el desafío de las audiencias que se celebrarán a mediados de octubre. Sin embargo, es poco probable que haya sorpresas. Las amenazas de socialistas y liberales de no votar al representante italiano comprometerían toda la estructura de la comisión, sobre la cual se llegó laboriosamente a un acuerdo con la última sorpresa de la retirada y sustitución de Breton.



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