El NHS está en su fin, sólo un pacto político y una reorganización profunda lo salvarán


EL GASTO PÚBLICO

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Se necesitan reformas radicales

En definitiva, serían necesarias reformas radicales, formación de profesionales e información a la población sobre la idoneidad de las pruebas diagnósticas y de las terapias: «estos no son – advierte la Fundación – recursos que puedan monetizarse a corto plazo, al igual que los sacado del fisco por la evasión fiscal». A casi 45 años de la Ley 833 de 1978 que crea el Servicio Nacional de Salud, urge «un pacto social y político que, independientemente de ideologías partidistas y cambios de gobierno, relance ese modelo de salud pública justa y universal, pilar de la nuestra democracia, una conquista social indispensable y una gran palanca para el desarrollo económico».

Gasto sanitario inferior al de Europa

En general, en el período 2010-2022, el gasto en salud pública italiano fue 345 mil millones menor que el promedio de los países de la UE. Y, para cerrar la brecha per cápita con la media de la UE, que en 2022 era de 829 euros, se estima un aumento total de 115.900 millones de euros hasta 2030, con una financiación constante de 14.500 millones al año a partir de inmediato. «Si por un lado estas cifras son claramente inalcanzables para nuestras finanzas públicas – comenta Cartabellotta – por otro lado, dan la dimensión de hasta qué punto todos los gobiernos han utilizado el gasto sanitario como un cajero automático, desviando recursos hacia otras prioridades. Considerando siempre el gasto sanitario como un coste y nunca como una inversión e ignorando que la salud y el bienestar de la población afecta al crecimiento del PIB.» PIB que se mantiene ‘atento’ cuando se mira el Nadef, donde la relación entre gasto sanitario y producto interior bruto cae del 6,6% en 2023 al 6,1% en 2026 mientras que en términos absolutos en el trienio 2024-2026 el aumento del gasto sanitario el gasto es de 4.238 millones (+1,1%).

Fractura estructural entre el Norte y el Sur

«Estamos pasando de un sistema sanitario nacional fundado en la protección de un derecho constitucional a 21 sistemas sanitarios regionales regulados por las leyes del libre mercado. Con una fractura estructural Norte-Sur que está a punto de ser legitimada normativamente por una autonomía diferenciada.» Según Cartabellotta, «la asistencia sanitaria debería ser eliminada del proyecto Calderoli: la autonomía diferenciada – explica – legitimaría la brecha entre el Norte y el Sur, violando el principio constitucional de igualdad de los ciudadanos en el derecho a la protección de la salud». El análisis del Informe Gimbe sobre la implementación de los Niveles Esenciales de Asistencia (Lea), la atención que el Servicio Nacional de Salud está llamado a garantizar a los ciudadanos de forma gratuita o con copago, respalda la propuesta de ‘extracción’.

EL NUEVO SISTEMA DE GARANTÍA

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Ninguna región del Sur entre las diez primeras

La primera fractura está ahí, como «confirman todos los análisis sobre las LEA»: entre 2010 y 2019, ninguna Región Sur se posicionó entre las diez primeras en cumplimiento de los indicadores de prevención, asistencia distrital y hospitalaria que componen el canasta de evaluación. En 2020, la única del sur -entre las once que cumplen- es Apulia; en 2021 hay catorce cumplidores y de ellos tres son del Sur: Abruzos, Apulia y Basílicata, que en cualquier caso ocupan el último lugar entre los ‘promocionados’. Los datos sobre el personal empleado por el Servicio Nacional de Salud también son emblemáticos: frente a un valor nacional de 2,4 enfermeros por médico, el rango varía de 1,83 en Sicilia a 3,3 en Bolzano, con una diferencia del 80,3%. se traduce en un saldo de movilidad sanitaria (pacientes que viajan para recibir tratamiento) que en 2020 -aunque disminuyendo también debido a la pandemia- se sitúa en más de 3.300 millones.

Un flujo de dinero fluye de Sur a Norte

Un flujo de dinero y de pacientes que fluye de Sur a Norte, con Emilia-Romaña, Lombardía y Véneto (entre los «top» también en el ranking Lea) acumulando más del 94,1% de la movilidad activa. El Tribunal de Cuentas lo documenta: en el decenio 2010-2019, trece Regiones, casi todas del centro-sur, acumularon un saldo negativo de 14 mil millones, mientras que tres de las cuatro posiciones de saldo positivo están ocupadas por las Regiones del Norte que han solicitado mayor autonomía: Lombardía (6,18 mil millones), Emilia-Romaña (3,35 mil millones), Toscana (1,34 mil millones) y Véneto (1,14 mil millones). La profunda brecha entre las Regiones se ve agravada aún más por la sustancial falta de cobrabilidad de las LEA para todos aquellos servicios especializados ambulatorios y protésicos, que desde hace seis años y medio permanecen sin tarifas que los hagan pagaderos. Pasados ​​por la aduana el pasado mes de abril, con la luz verde recibida de la Conferencia Estado-Regiones, en cualquier caso no entrarán en vigor hasta 2024.



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