Los diamantes han sido una de las piedras preciosas más buscadas en el mundo durante siglos. Su rareza, su apariencia única y sus excepcionales propiedades físicas contribuyen significativamente a su alto valor. Pero, ¿qué hace exactamente que los diamantes sean tan raros y valiosos?
• Los diamantes sólo se forman en condiciones extremas en lo profundo del manto de la Tierra.
• Para extraer un solo diamante de un quilate, se deben retirar cientos de toneladas de roca
• Los diamantes son el material natural más duro y extremadamente duradero.
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La creación y rareza de los diamantes.
Los diamantes se forman en las profundidades del manto terrestre bajo condiciones de presión y temperatura extremadamente altas. A temperaturas superiores a 1.000 grados Celsius y una presión de 45 a 60 kilobares, los átomos de carbono se condensan y forman la estructura cristalina única de los diamantes en un proceso que lleva millones de años. Estos procesos se producen a una profundidad de entre 150 y 200 kilómetros, como explica MAC Diamonds en un artículo online. Las erupciones volcánicas de kimberlita o lamproita traen estas piedras preciosas a la superficie de la Tierra, pero la mayoría de los diamantes se destruyen durante el ascenso. Sólo una pequeña porción sobrevive y llega a la superficie donde se puede extraer. Estas condiciones geológicas explican por qué los diamantes son tan raros y valiosos.
Una parte importante de su rareza radica en el hecho de que estas condiciones geológicas extremas ocurren sólo en unos pocos lugares del mundo. Los depósitos de diamantes se encuentran principalmente en países como Sudáfrica, Rusia y Canadá. Pero incluso en estas regiones, el proceso de encontrar y extraer diamantes es largo y complicado, continuó MAC Diamonds.
El complejo proceso de extracción
Además de su rareza geológica, la extracción de diamantes también contribuye significativamente a su exclusividad. Para extraer un solo quilate, que equivale a 0,2 gramos, a menudo es necesario mover y procesar cientos de toneladas de roca, explica BNT Diamonds en una publicación. Los diamantes están encerrados en formaciones de roca volcánica que se encuentran muy por debajo de la superficie terrestre y sólo se puede acceder a ellos con un gran esfuerzo técnico.
En minas particularmente productivas, la proporción entre el material extraído y los depósitos de diamantes es de aproximadamente 50 toneladas de roca por 0,2 gramos de diamante. En las minas menos productivas, esta proporción puede ser aún más drástica, continúa diciendo. Estos costos de recursos y complejidad técnica hacen que la extracción de diamantes sea extremadamente costosa, y las principales áreas mineras se encuentran en países como Rusia, Australia, Canadá y Sudáfrica.
Diamantes: propiedades físicas y durabilidad
Los diamantes son el material natural más duro del planeta, lo que les otorga un lugar único entre las piedras preciosas. Esta dureza es posible gracias a la estructura cristalina especial de los átomos de carbono. Los diamantes tienen una dureza Mohs de 10, lo que significa que son extremadamente resistentes a los rayones y al desgaste, según MAC Diamonds. Estas propiedades físicas los convierten no sólo en una pieza de joyería muy solicitada, sino también en un material útil en la industria, por ejemplo para herramientas de corte y cabezales de perforación.
Además de su dureza, los diamantes son conocidos por sus propiedades ópticas. Su “fuego”, la forma en que descomponen la luz en sus colores espectrales, es otra característica única que aumenta su valor. Este brillo se consigue gracias al corte preciso, que refleja de forma óptima la luz incidente y crea, como se dice, un resplandor impresionante.
Valoración de diamantes: las 4 C
Los diamantes se valoran según el sistema 4C, reconocido mundialmente: quilates, color, claridad y talla. El valor en quilates de un diamante, que indica el peso de la piedra, es el factor más conocido y posiblemente el más importante. Un peso mayor en quilates suele indicar un diamante más grande y valioso. El color también juega un papel importante, tal y como explica BNT Diamonds. Los diamantes se clasifican según un espectro de colores que va desde absolutamente incoloros (Categoría D) hasta ligeramente teñidos (Categoría Z). Los diamantes incoloros, en particular, son extremadamente raros y, por tanto, alcanzan precios más elevados. Las variaciones de color, como las que se encuentran en los diamantes amarillentos o pardos, pueden reducir significativamente el valor de una piedra, a menos que se trate de un color especialmente buscado, como el azul o el rosa, que representa una categoría de valor propia.
Otro factor clave es la claridad del diamante, es decir, la ausencia de inclusiones internas o defectos externos. Los diamantes impecables, que prácticamente no tienen impurezas, son raros y, por tanto, más caros, como destaca BNT Diamonds. Por último, la talla tiene una influencia significativa en el aspecto visual de un diamante. Un corte de alta calidad maximiza el reflejo de la luz y realza el brillo de la piedra, aumentando aún más su valor.
Además de su función como joyería, los diamantes también se consideran una forma estable de inversión. Gracias a su rareza y longevidad, conservan su valor durante largos períodos de tiempo y ofrecen una oportunidad de inversión estable en tiempos de incertidumbre económica. Sin embargo, a diferencia del oro, no existen índices de precios de los diamantes generalmente accesibles. El portal de comparación Gold.de señala que el mercado de los diamantes es menos transparente, por lo que invertir en diamantes requiere conocimientos especiales para poder tomar las decisiones correctas.
D. Maier / equipo editorial finanzen.net